Que mas puedo decir de mi mismo, que no haya dicho
aquí y que además se pueda decir. Bueno, vamos a ver.
Uno – Me gusta hablar, imagínense si es así que mi amigo Franco Marghella, siempre me dice que yo hablo mas que un perdido cuando lo encuentran. Que le voy a hacer, me encanta la comunicación, consiguientemente me gusta echar los cuentos, hablar es algo que disfruto mucho, eso si, nunca hablo mal de la gente, bueno, puede ser que esporádicamente haya una que otra suegra que no se salve, pero no importa, pues todos sabemos que suegra no es gente.
Dos – Me encanta manejar o sea conducir, soy feliz cuando me siento frente al volante, para hacer algún viaje largo, todos los años en las vacaciones de verano, agarramos todos nuestros bártulos, los metemos en la camioneta y nos llenamos de emoción al emprender nuestro viaje de reencuentro con familiares, amigos y con el terruño de turno, o sea Italia o España, de estos itinerarios, el más corto tiene un mil ochocientos kilómetros, sin contar los que luego hacemos por allá, que no son pocos, pues la pasamos del timbo al tambo, conociendo lugares desconocidos y repasando los ya conocidos, así que échenle lápiz.
Tres – Me gusta el buen café, esto es una de las mejores herencias que me han dejado mis padres, quienes vinieron de Italia, que, indudablemente es el lugar del mundo donde se toma el mejor café, y que venga alguien a decirme que no es cierto.
No me gustan los cafés suaves, nada de guayoyo, ni guarapo, ni agua de coleto, mi mamá siempre decía: “El café tiene que ser como el amor: Fuerte y caliente” y yo como buen hijo le obedezco. El increíble rito en mi casa, alrededor del café, se los cuento en otro post.
Cuatro – No me gustan para nada las montañas rusas, ni ningún tipo de atracciones extremas, estas cosas nunca me han atraído, jugar con la adrenalina y el aparato digestivo, hasta casi vomitar, definitivamente no va conmigo.
Cinco - Me gusta mucho la música, y reconozco que mi gran frustración, es no tocar en la actualidad ningún instrumento musical, y eso que estudié, claro, sin concluir, violín y flauta traversa, en la Escuela de Música José Ángel Lamas, era muy joven y no lo capitalicé, perdiendo así todo el esfuerzo de aquellos años, aunque siempre digo que nunca es tarde, y se me ha metido en la cabeza que pronto voy a aprender a tocar timbal, que siempre me ha gustado, pues la música latina es una de mis preferidas.
Seis – Me encanta recuperar cosas, así he hecho con algunas cosas que estaban destinadas al basurero. Algunas no han valido la pena, pero otras si. La telefonera Art Decó de caoba de mi mamá, con más de cincuenta años, la restauré yo mismo, la disfruté bastante tiempo, en la sala de mi casa, hasta el momento de venirme a Holanda, y la vendí por un muy buen precio, había varias personas enamoradas del mueblecito. Así he hecho con muchas cosas que no es que tengan mucho valor, pero ese reto de ponerlas a funcionar bien de nuevo me encanta. Así hice con la computadora de mi hijo Andrés, que prometía ser abandonada por irrecuperable, jorungué y jorungué, y descartando descubrí que era la tarjeta madre la que tenía problemas, compré una nueva, la desarmé toda completica, la armé y ahora anda sedita como un reloj suizo, claro además ahora es mi desktop.
Siete – A diferencia de mi amiga Jacqueline, del blog
Casi en Serio, me encanta comer cosas duras, me encantan los frutos secos, el maní, las nueces, las almendras, las avellanas, también me gustan mucho las zanahorias crudas, el pan de concha dura, el turrón duro, me encantan los vegetales casi crudos, que estén bien crunchi.
Ocho – Es un gran placer para mi poder disfrutar con tranquilidad de un buen vino, y si se comparte con alguien que valga la pena, en un buen ambiente, pues entonces mucho mejor. Me encanta el poder haber desarrollado en estos últimos cinco años, mis modestos criterios de reconocimiento de lo que es un buen vino, el haber aprendido que no debo dejarme llevar por la primera impresión, que debo esperar hasta que mermen un poco los rigores del encierro, que debo respetar lo que estoy probando por lo menos hasta el tercer sorbo, si aquí sigo pensando que no es bueno, entonces, no lo es, por lo menos para mi.
Bonus track Como ayer fue el día del padre, quiero agradecer aquí publicamente los regalos tan estupendos que recibí y el día tan maravilloso que pasé siendo el padre más feliz del mundo, junto a mis dos hijos Andrés y Daniel y María del Valle.
Recordando a mi viejo, me regodeo por todo lo que me dejó, ni una sola cosa material, todo está dentro de mí y estoy tratando de sembrarlo en mis hijos. Papá tu si fuiste el mejor, cada día lo corroboro, pues tus enseñanzas y tu permanente sonrisa permanecen vivas dentro de mi. ¿Quieren conocer a mi viejo? pasen por
aquí, les va a encantar hacerlo.