Actos de Fe
Le puse este título a este post, porque me gusta, no creo que tenga mucho que ver con el texto, aunque pensándolo bien si. Así de ambiguo pueden llegar a ser las cosas en estos tiempos.
Desde Octubre del año pasado, mi vida ha venido cambiando de manera muy radical, sin que esto haya tenido que ver con algún plan preconcebido. El reacomodo a las nuevas opciones que se me han ido presentando, me ha absorbido mucho, quitándome tiempo, y como pudieron haberse dado cuenta, obligándome a abandonar, aunque no del todo, a este “Peor en Nada”.
No les voy a contar los detalles, no quisiera aburrirlos, pero si les diré que efectivamente esta situación me ha fortalecido de manera evidente, yo lo siento así, los que están cerca de mi han sido muy importantes en el soporte ante esta gran revolución, María, Andrés y Daniel, siempre sonrieron y pusieron toda su confianza en mi, mientras yo me despedía con mucha tristeza de un montón de ilusiones y abandonaba la gran sensación de confort que da la seguridad de lo establecido. Mi hermano Mario, siempre empujándome al optimismo. Mis grandes amigos, los encontrados en estas tierras, fueron otro apoyo incondicional, no los voy a nombrar, ellos saben quienes son y lo importantes que son para nosotros.
Pero siempre, por muy terrible que las cosas parezcan, lo que ocurre, siempre termina siendo lo mejor. La vida se desarma en un rato, y es nuestra obligación rearmarla, casi siempre tardamos un poco más, pero finalmente terminamos haciéndolo mucho mejor y con la experiencia capitalizada.
No pretendo escribir un post de autoayuda, pero es cierto que hay que convertir los reveses en oportunidades, en este caso yo lo he hecho así.
Así que, desde hace dos semanas, estoy viviendo mi gran nueva aventura, para hacerlo, me toca ir a Ámsterdam todos los días en tren, un poco mas de una hora, pero es un viaje muy interesante y diferente cada día. Así que todas las mañanas muy temprano, me dirijo todo emperifollado y perfumadito a esa gran ciudad, ¿saben para que? Pues si, voy a mi nuevo trabajo. ¿Hablábamos de cambios? Pues bueno en eso yo me estoy convirtiendo en todo un experto. Pues después de haber estado separado de mi carrera de computación por muchos años, ahora y contra todo pronóstico, he empezado a trabajar en una empresa muy importante que se dedica a eso mismo. Les confieso que esto de reencontrarme con mi profesión, que tantas alegrías me había dado, me resulta muy estimulante, además de ser un gran reto. Con mucha alegría descubro día a día, que la experiencia y el conocimiento que se encontraban en estado catatónico adormiladas en alguna parte de mi cerebro, empiezan a aflorar, dejando en evidencia al computista que hibernaba en mi. Releo esto y me suena muy divertido.
Ahora como todo un muchacho recién graduado, luzco orgulloso el carné magnético, que me permite el acceso al edificio de esta gran empresa, dejando ver una gran sonrisa en mi foto.
Y así después de un montón de años de absoluta entropía horaria, me encuentro cumpliendo agenda, llegando temprano y haciendo esas cosas que hace la gente normal, ¡Por fin! Todo esto, aunque no me lo crean, me resulta muy estimulante y sobre todo muy rejuvenecedor. Esto de estar todo el día entre sistemas, software, redes, aplicaciones, virus informáticos, actualizaciones y upgrades, usuarios satisfechos, usuarios fastidiosos, me hace sentir que nuevamente me encuentro en mi elemento, y que hablo ese lenguaje tan especial, que se me había empezado a olvidar.
Además el hecho de estar rodeado de gente muy joven, le da a todo esto un matiz muy especial, en el ambiente se respira un mundo de energía, e ímpetu por la vida, que de manera inmediata se me contagia, llenándome de alegría, hay muchas sonrisas, muchos jeans, mucha creatividad e irreverencia, y a mi todo esto me encanta y corrobora que siempre seremos el reflejo de lo que fuimos de jóvenes, no importa la edad que tengamos.
Este martes, al fin me quitaron el yeso, día a día reaprendo a usar el brazo, duele, duele mucho, pero por lo menos puedo escribir, y desplazarme contento, todos los días a mi trabajo. ¡La vida es bella!