La magia de la navidad
En cada momento de la vida, la navidad nos da emociones diferentes, el recuerdo de estas fechas lo relaciono siempre con alegría, proyectos, familia, regalos, comida rica, reuniones con amigos, reencuentros, deseos de armonía y paz y uno que otro momento de tristeza.
Cuando era pequeño la navidad tenía un significado muy especial, la inocencia se combinaba con la emoción intensa, la importancia infinita de lo simple, la expectativa por la sorpresa de lo que nos traerá el Niño Jesús. Ahora recuerdo tantas cosas bonitas, momentos, juguetes y situaciones que quedaron marcados en mi memoria, el recuerdo de la emoción de mis papás Hugo y Filo, viviendo mis propias alegrías y las de mis hermanos Mario y Carmelina, estoy seguro que los viejos y Carmela siguen disfrutándolo desde el cielo.
Nunca podré olvidar el WV escarabajo rojo de metal con pilas, que encendía las luces, tenía el motor transparente y se le veían los pistones moverse, era alucinante, me lo regaló mi padrino Giuseppe Onorato, en una navidad de hace muchos años y en mi memoria permanece intacto el momento en que lo recibí, la cara de sorprendido que debí haber puesto y los ratos de infinito placer que gocé con mi WV, estoy seguro que el también recordará este regalo tan especial.
También recuerdo con mucha nostalgia, la alegría de los estrenos de ropa para esta época, era todo un acontecimiento, a mi mamá le encantaba el color verde botella y procuraba siempre ataviarme con algo de este color, bien sea una franela, un sweter o un simple par de medias y la verdad es que es un color muy especial, que me recuerda a mi madre con mucha alegría.
De esta época infantil, evoco el repetido acontecimiento de todos los diciembres, el poner el arbolito y el pesebre en casa, toda esa magia vive dentro de mi, aún después de todos estos años. Luego la reunión con mis tíos y primos los días de navidad, cada quien mostrando lo que le había traído el Niño, que recuerdos mas bonitos y emocionantes.
La navidad de mi juventud era simplemente bonchar, tener una novia y ver que le iba a regalar a la gente que me tocaba. El juego del amigo secreto en la Marina (donde trabajaba), y las fiestas, teníamos varias al día, al llegar diciembre eran fiestas de lunes a lunes, era increíble, como lo disfrutamos.
De esta época no puedo olvidar el periplo de los 31 de diciembre, era lo máximo, después de recibir el año nuevo cada quien con su familia, nos encontrábamos en la casa de Sandra Briceño en Macaracuay, para darnos el feliz año y celebrar el cumpleaños de su mamá, allí ya estaba nuestra queridísima Anabel Rial, empezábamos a libar champañita y güisquis de los buenos, hasta el amanecer, luego partíamos a desayunar a Piedra Azul, a la casa de Ronald Ulloa, las increíbles hallacas de su mamá, pernil y ensalada de gallina, lo mejor del mundo, a eso de las 10 u 11 de la mañana, nos íbamos a la casa de Jorge Marcano en la Florida, a desintoxicarnos a punta de sauna y piscina y luego, el mágico hervido de Minerva, la mamá de Jorge, era levanta muertos de verdad, quedábamos todos listos para empezar de nuevo.
De esta época tengo un recuerdo muy triste, el de la muerte sin sentido de mi amigo José María Manzanarez (Pepe), en una tonta pelea en una patinata en Santa Paula el 22 de diciembre de 1977, fue terrible, yo estuve allí con el. Para mi los amigos son para siempre, pues ni la muerte logra anular el sentimiento de amistad, siento a Pepe como mi amigo actual, de ahora mismo, lo siento cerca, aún no estando entre nosotros, siento que vive en mi, sin importar cuanto tiempo pase.
Ahora mis navidades son mas tranquilas pero muy intensas las disfruto mucho, pero a conciencia, no hay alegría mas grande que la que paso junto a mi esposa María del Valle, al ver a nuestros niños crecer, disfrutando a su Niño Jesús, como lo hacía yo, sin regalos ostentosos, pero llenos de valor y que proporcionan gran alegría e importancia al momento, las caras de sorpresa que ponen ellos al abrir los regalos y luego su alegría indescriptible al descubrir lo que es, verse uno reflejado en ellos, esos ratos, amigos, no tiene valor, esa es mi gran alegría y le da un profundo sentido a mi vida.
Cuando era pequeño la navidad tenía un significado muy especial, la inocencia se combinaba con la emoción intensa, la importancia infinita de lo simple, la expectativa por la sorpresa de lo que nos traerá el Niño Jesús. Ahora recuerdo tantas cosas bonitas, momentos, juguetes y situaciones que quedaron marcados en mi memoria, el recuerdo de la emoción de mis papás Hugo y Filo, viviendo mis propias alegrías y las de mis hermanos Mario y Carmelina, estoy seguro que los viejos y Carmela siguen disfrutándolo desde el cielo.
Nunca podré olvidar el WV escarabajo rojo de metal con pilas, que encendía las luces, tenía el motor transparente y se le veían los pistones moverse, era alucinante, me lo regaló mi padrino Giuseppe Onorato, en una navidad de hace muchos años y en mi memoria permanece intacto el momento en que lo recibí, la cara de sorprendido que debí haber puesto y los ratos de infinito placer que gocé con mi WV, estoy seguro que el también recordará este regalo tan especial.
También recuerdo con mucha nostalgia, la alegría de los estrenos de ropa para esta época, era todo un acontecimiento, a mi mamá le encantaba el color verde botella y procuraba siempre ataviarme con algo de este color, bien sea una franela, un sweter o un simple par de medias y la verdad es que es un color muy especial, que me recuerda a mi madre con mucha alegría.
De esta época infantil, evoco el repetido acontecimiento de todos los diciembres, el poner el arbolito y el pesebre en casa, toda esa magia vive dentro de mi, aún después de todos estos años. Luego la reunión con mis tíos y primos los días de navidad, cada quien mostrando lo que le había traído el Niño, que recuerdos mas bonitos y emocionantes.
La navidad de mi juventud era simplemente bonchar, tener una novia y ver que le iba a regalar a la gente que me tocaba. El juego del amigo secreto en la Marina (donde trabajaba), y las fiestas, teníamos varias al día, al llegar diciembre eran fiestas de lunes a lunes, era increíble, como lo disfrutamos.
De esta época no puedo olvidar el periplo de los 31 de diciembre, era lo máximo, después de recibir el año nuevo cada quien con su familia, nos encontrábamos en la casa de Sandra Briceño en Macaracuay, para darnos el feliz año y celebrar el cumpleaños de su mamá, allí ya estaba nuestra queridísima Anabel Rial, empezábamos a libar champañita y güisquis de los buenos, hasta el amanecer, luego partíamos a desayunar a Piedra Azul, a la casa de Ronald Ulloa, las increíbles hallacas de su mamá, pernil y ensalada de gallina, lo mejor del mundo, a eso de las 10 u 11 de la mañana, nos íbamos a la casa de Jorge Marcano en la Florida, a desintoxicarnos a punta de sauna y piscina y luego, el mágico hervido de Minerva, la mamá de Jorge, era levanta muertos de verdad, quedábamos todos listos para empezar de nuevo.
De esta época tengo un recuerdo muy triste, el de la muerte sin sentido de mi amigo José María Manzanarez (Pepe), en una tonta pelea en una patinata en Santa Paula el 22 de diciembre de 1977, fue terrible, yo estuve allí con el. Para mi los amigos son para siempre, pues ni la muerte logra anular el sentimiento de amistad, siento a Pepe como mi amigo actual, de ahora mismo, lo siento cerca, aún no estando entre nosotros, siento que vive en mi, sin importar cuanto tiempo pase.
Ahora mis navidades son mas tranquilas pero muy intensas las disfruto mucho, pero a conciencia, no hay alegría mas grande que la que paso junto a mi esposa María del Valle, al ver a nuestros niños crecer, disfrutando a su Niño Jesús, como lo hacía yo, sin regalos ostentosos, pero llenos de valor y que proporcionan gran alegría e importancia al momento, las caras de sorpresa que ponen ellos al abrir los regalos y luego su alegría indescriptible al descubrir lo que es, verse uno reflejado en ellos, esos ratos, amigos, no tiene valor, esa es mi gran alegría y le da un profundo sentido a mi vida.
9 Comments:
Amén. Al final lo queda es la familia y lo que significamos para otros seres queridos.
Lo demás es puro adorno, asi que supongo que la navidad después de todo si consigue su proposito original, más allá de lo ostentoso...
Los buenos recuerdos.... y sí, las navidades han cambiado mucho.... o hemos sido nosotros?...
recuerdo un diciembre, que salí a rumbear los 31 días seguidos.... me habían botado de un trabajo, del que ya quería irme.... y me liquidaron doble un último de noviembre... y ese primero de diciembre, me llaman de una empresa para que empiece con ellos el 2 de enero, siguiente....
dormía todo el día y salía toda la noche... y si nos ponemos a recordar tendríamos que hacer otro Blog...
Saturno, quedo pendiente de esa foto de tu WV de juguete, me encantaría verla seguro la imagen me recordará el mio. Saludos y mucha suerte.
Horacio esa navidad tuya fue un verdadero Home Run, liquidación doble en navidad y trabajo nuevo en enero, ¿que mas se puede pedir? eso solo le pasa a unos pocos afortunados como tu, mucha suerte y feliz ano 2005.
Hermosisimos recuerdos...vale la pena recordar los buenos momentos de nuestra infancia y juventud, esas son las posesiones que siempre estarán con nosotros...el resto es solo material.
Que nostalgia Miguel!
Mamá me envió unas fotos de mis sobrinas que casi no conozco abriendo los regalos en nuestra casa y fue como verme con mis hermanas en el mismo plan, siento que no hace mucho... ayer. Estaba sintiendome igual. Y uno que está tan lejos sin las hallacas ni el pernilcito le pega más... Hermoso el texto.
Miguel también tengo recuerdos como los tuyos. Son esos los recuerdos que nos alegran la vida.
Feliz año nuevo!!!
Gracias por el link Miguel.
Por nada Bolboreta, es un placer ;-)
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