<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d7560847\x26blogName\x3dPeor+es+Nada\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLACK\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://peoresnada.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_419\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttps://peoresnada.blogspot.com/\x26vt\x3d8853004166748984398', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

miércoles, 19 de marzo de 2008

Historia de un Ángel

Esta es una historia verdadera, que habla de amor, amistad y confianza.

A veces me he preguntado si el exilio y mi reciente ingreso al club de los adultos contemporáneos, hace que, como un buen borracho, exalte el valor de la amistad, pero siempre termino demostrándome que no es así, pues la amistad para mí siempre ha tenido un valor trascendental.

Recuerdo con frecuencia, aquel cumpleaños tan especial; el de mis 27 años, de esto hace precisamente veinticinco años, mi relación con mi amiga estaba en su cenit, vivíamos en una permanente sublimación romántica.

Unos cuantos días antes de ese 28 de julio, caminábamos ella y yo, por el Pasaje Zing. Para que negarlo, yo soy un eterno enamorado de la visión idealizada que tengo del Centro de Caracas, de esos rincones particulares, llenos de cuentos y anécdotas, que me recuerdan mi niñez. Pues así, de la nada y sin preámbulo me espetó: ¿Qué quieres para tu cumpleaños?

Me tomó de sorpresa, no me esperaba una pregunta tan directa. Estoy seguro de que ella se refería a un regalo material, tangible, como un par de botas Frazzani para subir a El Ávila, o un traje de baño chiquitico a la medida, de la famosa sastrería de Sabana Grande, donde el sastre gay te morboseaba al tomarte las medidas, o el lente ojo de pez que siempre había deseado para mi cámara Nikon, o un arpón Maresub pequeño, pero potente, o un juego de cauchos All Terrain de BF Goodrich para el Toyota, o un reloj Tudor de acero, o alguna nimiedad de esas ¡Que se yo!

Pero no, yo no quería nada de eso, yo sólo quería celebrarlo de manera sencilla, pero especial, sin regalos costosos, así que le plantee, que el gran regalo que yo deseaba, era poder pasar un rato entre amigos.

Ese año especial, mi cumpleaños cayó de jueves, después de una pequeña celebración en el trabajo, me esperaba una tortita en mi casa, mi mamá, mi papá, mi amiga, mi hermano y mis sobrinos. Al día siguiente, el viernes, cenamos en el restaurante La Cita de La Candelaria, la pasamos muy bien, comiendo opíparamente y bebiendo en abundancia. Yo estaba muy complacido con esta celebración, y para mi era más que suficiente.

El sábado, como hacía en todos mis cumpleaños, me encontré con mis amigos de Santa Rosalía, para compartir unas birras. Al regresar a mi casa, me encontré a mi mamá y a mi amiga conspirando, apenas llegué, me preguntó: ¿Qué te parece si nos vamos a la casa de Ronald Ulloa y nos pasamos un rato por allá? ¿Y porque no?

Me pareció un plan estupendo, la Casa de los Ulloa, es un sitio muy especial, casi mágico, allí siempre la pasábamos muy bien, aún recuerdo las tardes-noches-madrugadas de pasión ludópata, cuando nos entreteníamos jugando “Uno” allá, como unos verdaderos tahúres. Y ni se diga de esos fantásticos desayunos todos los primeros de enero.

Ronald es un amigo con los que provoca compartir, de buena conversación, divertido, culto y con fino uso de la ironía, un buen amigo de verdad. ¡Cuanta vaina echamos en la universidad!

Lo mas representativo de los Ulloa era el "viejo Ulloa", como le decimos por cariño; un eterno romántico de izquierda, de los auténticos convencidos, amante de la utopía de ver un mundo mejor. Y claro está, la estupenda Belkis, una gran anfitriona, que indudablemente hace las mejores hallacas del mundo. Esto lo puedo decir abiertamente, porque mi mamá nunca hizo hallacas, ella estaba muy ocupada haciendo panzarotti di sanguinaccio al ciocolato y turrón de almendras y caramelo.

En la casa de los Ulloa, nos recibió, el entrañable Dani Aquinin, con su sonrisa permanente, empeñado en mostrarle al mundo su recipe mágico: “Hay que ser feliz”, el solo hecho de estar a su lado, hacía brotar la alegría espontánea y autentica. Después de los abrazos y sonrisas de rigor, mi amiga entró a saludar a Belkis, como Ronald estaba tomando una ducha, me fui con Dani a comprar hielo. El camino que escogió me pareció raro, nunca pasábamos por el cementerio, pensé que era posible que fuera día de mercado. Dani, con su gran sonrisa y con tono de complicidad, me dijo, con Ronald estamos preparando una parrillita para celebrar tu cumpleaños, así que hazte el que no estás enterado, bueno tú sabes, los Ulloa, ustedes y nosotros, no es un gentío, pero a él le va a dar mucha alegría pensar que es una sorpresa, así que no digas nada; tranquilo. Le respondí, no se va a enterar que lo sabía.

Al llegar de vuelta, entramos a la casa, pasé por la cocina, saludé a Belkis y al Sr. Ulloa, me felicitaron por mi cumpleaños y me entretuve viendo la gran ensaladera, mucha yuca hirviendo, y un montón de canapés, se veía todo muy rico, pero sobretodo muy abundante, aunque a esas edades, la comida casi nunca es suficiente.

Dani me invitó a bajar a la terraza, desde la parte alta de la escalera vi a Ronald con mi amiga, al lado de la parrillera, al verme bajar, se acercaron hasta el pie de la escalera, me recibieron con una buena cerveza fría y me frenaron un poco, Ronald me abrazó, me felicitó, y me empezó a acercar a la parrillera, con una conversación que se me antojaba rara y poco natural, su charla y mi amiga, me obligaban a ponerle atención a ellos, impidiendo de manera velada, que viera hacia la parte techada del patio que quedaba a mis espaldas, trataron de mantenerme así, el mayor tempo posible, al final, cuando se dieron cuenta de que la situación se estaba forzando, se relajaron, me sentí libre para girarme y hacer ese reconocimiento espacial que ya se me estaba haciendo necesario.





“Isla de Oro”, Gino Carrer, corrígeme si no es ese el nombre de ese maravilloso club en Río Chico, donde se congregaba lo "novamás" del jet set caraqueño de aquellos años ochenta. Oligarquía, pura y dura. Muchos Mercedes, BMW, Rolex y Cartier, gruesas cadenas de oro, brillantes y piedras preciosas de varios quilates, ropa de diseño y otras tonterías de esas, que a nosotros no nos interesaban, esa era la época del despilfarro, del "está barato, dame dos". ¿Recuerdas? Todos los que vivimos eso, podemos decir, aunque no le guste al lumpen proletario, y duélale a quien le duela, que con los adecos se vivía mejor ¿o no?

Pero aún con toda esa gran frivolidad a nuestro alrededor, éramos inmunes a sus influencias, nos manteníamos incólumes, auténticos y andábamos a nuestro aire. ¡Y como nos divertíamos! La pasábamos realmente bien, Yolima y tú, Yosmar y yo, ciertamente fueron unos tiempos muy especiales, que difícilmente olvidaré. Cuantas veces amanecimos Yosmar y yo, contemplando el amanecer en la orilla de la playa, como unos verdaderos románticos, tomando café y portándonos como unos santos.

Que cálida y acogedora era esa casa, en Cangrejal Beach, así bautizaste a la urbanización donde se ubicaba el palacete. En todos sus rincones se dejaba ver claramente la mano de Dora, tu mami, mi gran amiga, de tertulias interesantes y profundas, Dora es una joven digna de ser envidiada, es un libro abierto, de quien aprendí muchas cosas, que uso en mi día a día. Esa casa fue testigo de muchas parrillas, momentos largos de alegrías plenas y vacaciones increíbles, de fines de semana playeros, de franela, bermudas y sandalias, sueños de éxitos por venir, de hijos por educar y vidas por disfrutar.

Y estábamos en lo cierto mi querido amigo Gino, o es que acaso, la vida no nos ha premiado con todo lo bueno que hemos vivido, con esas familias tan maravillosas que hemos logrado construir, a base de amor y esfuerzo, si es que somos mas ricos que un montón de gente, que por solo tener mucho dinero piensa que los son, nosotros somos unos verdaderos afortunados.

Recuerdo con mucha vivacidad, aquel día tan especial, en la piscina del Isla de Oro, estábamos derrochando físico, del atlético, del que aún conservamos, al menos los huesos, cuando me tropecé con aquel ángel maravilloso, que seguramente por modestia y para no impresionar tanto, había escondido sus alas, aquel ser tan extraordinario, bello por dentro y por fuera, con ojos melancólicos y sonrisa de querubín, que con su sola presencia, inundaba de emoción celestial a los que tenían la fortuna de estar cerca.

Yo no recuerdo muy bien como hice, ¿hipnosis tal vez? o la envolví, recitándole suavemente un tantra ancestral, de versos de luz y pasión, y así, ligeramente pero sin pausa, logré que se sentara a mi mesa, y compartiera relajadamente y con alegría, mis tragos, mis cuentos y mis intenciones descaradas de conquistarla, para robarme su presencia para toda la vida, yo sentía que lo iba logrando y me parecía increíble. Ella espontáneamente se quedó toda la tarde conmigo, conversamos largamente de nuestras vidas, yo no se que pensaba ella, pero yo tenía una sola idea fija, que hervía en mi mente sacrílega y pecadora, pues desear de esa manera a un ser divino, debe ser un gran pecado mortal, seguro que por eso, yo ardería por la eternidad en el infierno.

El tiempo se mostró despiadado y cruel, pasó rápido y llegó el momento de despedirnos. En mi mente unas preguntas se repetían, en un frenesí iterativo, calentando aún más mi cerebro. ¿Que podía hacer yo para que se repitiera ese momento? ¿Le tendría que vender barata mi alma al diablo? ¿Le interesaría ese negocio al demonio?

Enfrié un poco mi cabeza, la situación me lo exigía, saqué vigor de donde no lo tenía, y armado de una falsa fortaleza, mostré que podía conformarme con intentar tantear la posibilidad de vernos al día siguiente. “Si” me dijo sin pesarlo, su respuesta inmediata me dejó perplejo. ¿Quien lo iba a decir? Mañana, después de este turbulento día de emociones impetuosas, iba a tener otra oportunidad de descubrir, donde escondía sus alas la muchacha esta.





Con la naturalidad con la que un torero prepara un pase de pecho, después de varios naturales, giré suavemente, para apuntar mi capote imaginario a la izquierda, y al finalizar el lento desplazamiento, vi que allí no había un gran miura negro, que me estremeciera los nervios, apuntándome con sus pitones directo al espíritu ¡No¡ Pero sin embargo, me paralicé, mis músculos no respondían, las piernas me empezaron a trepidar casi descontroladamente, no era por temor que titubeaba, era por la gran emoción, mi cerebro no daba crédito a lo que veían mis ojos, me embargaba un tumulto de exaltaciones intensas e indescriptibles.

Me lo tomé con mas calma, cerré los ojos, respiré profundo y lentamente, empecé a observarlo todo con detalle, sin dejar de escrutar nada, como en una citación de la policía judicial, ante una sala de reconocimiento, empecé a advertir a todos esos personajes, detrás de un espejo invisible e imaginario, eran mis grandes amigos, los que siempre había querido ver juntos, no se como se había logrado convocar a toda esa gente tan querida, para reunirla en un mismo día, en la celebración de mi cumpleaños. Yo estaba simplemente abrumado, no creo haber sentido hasta ese momento, algo tan singularmente emocionante. Hubo sorpresas, mucha gente que no veía desde hacía mucho tiempo, amigos de la universidad, compañeros de trabajo, familia, en fin un montón de gente apreciada y gentil, no faltó nadie.

Quien lo iba a decir, era increíble, yo me quería clonar en varios yo, deseaba multiplicar varias veces el tiempo, para poder pasar al menos un rato, con cada uno de todos los que estaban allí. No sabia por donde empezar, como un niño en una juguetería, iba de un lado al otro, buscando la alegría que me daba cada quien, y así, entre güisqui y güisqui, me desplazaba entre la muchedumbre, sintiéndome un personaje famoso, entre gente muy importante. ¿O es que acaso hay gente más importante que los buenos amigos?

Me alegró mucho ver en el sarao, a Ugo, si, así, sin hache, y Minuccia, mis padres queridos, integrados y contentos, disfrutando de la velada con todos nosotros, como otro par de muchachos enamorados, como siempre lo estuvieron.





Me desperté muy emocionado, pero un poco ansioso, yo ya quería estar en el Isla de Oro, convenciendo al ángel de que me mostrara sus alas. Para esto me preparé bien, iba perfumadito, vestía bermudas de crudo beige y camisa hawaiana de colores brillantes. Eso si, estaba listo pero asustado, me sentía muy nervioso, ¡Claro! Era normal, no todos los días se pone uno de acuerdo para encontrarse con un ángel en una piscina.

Al llegar al club, mis amigos y yo nos despedimos como si fuera a una misión especial, me desearon suerte y emprendí mi camino solo, me dirigí a la piscina caminando lento, mostrando cancha y seguridad, pero la verdad es que todo me temblaba, la emoción era incontenible, a lo lejos la vi, allá estaba ella, descarada en todo su esplendor, bronceando su piel, pretendiendo ponerse mas bella, ¡Ja! Como si eso fuera posible, con un bikini blanco. ¡Se lo imaginan! Se veía como un ser increíble caído del cielo. Mientras me acercaba, empecé a sentir un poco de temor, que luego, al tiempo, terminó teniendo justificación.

Llegué a su tumbona, al notar mi sombra, suavemente se puso de pie, colocó su mano sobre los ojos a manera de visera, para taparse el sol mañanero, me saludó alegremente, olía rico, a Ambré Solaire, a trópico, seguro que así deben oler los ángeles, pensé, y me estampó un beso en el cachete, yo me quedé eclipsado, pero eso si, solo un instante.

Nos sentamos con ligereza y libertad, en la mesa, como si nos conociéramos de toda la vida, yo me sentía particularmente cómodo a su lado, aunque tanta belleza y carisma juntos era perturbador.
En los años siguientes, entre nosotros se desarrolló una relación rara, que nunca entendí, haciendo que prefiriera tenerla de la única manera posible, como una amiga muy especial, que lograba despertar en mi, un sentimiento extraordinariamente intenso. Y así, siguiendo ese patrón logramos consolidar una amistad verdadera y consistente en el tiempo, pero esto no impedía que yo mantuviera las esperanzas, de que algún día pudiera suceder eso que yo tanto deseaba.

Ella desaparecía y aparecía en mi vida, sin preámbulos y sin aviso, así de forma espontánea y yo hacía lo mismo, nos veíamos, la pasábamos bomba y nos jurábamos el uno al otro, que no nos íbamos a volver a perder, pero antes de que nos despidiéramos, ya nos habíamos perdido otra vez y así vivíamos nuestra amistad particular.

Pasó el tiempo y mi amiga y yo empezamos nuestro noviazgo, Thais con sus apariciones esporádicas, se solapo varias veces en mi nueva relación, pero yo nunca quise que mi amiga supiera de mi amistad con Thais, temía que me exigiera que no la viera más, aunque nuestros encuentros fueran tan esporádicos, además me imaginaba que el hecho de que ella lo supiera, pudiera ser el fin, por eso preferí mantener mi oscuro secreto.





Todos reclamaban mi presencia, Miguel siéntate aquí un rato con nosotros, ¡Epale! Miguel acércate por acá y así fue toda la noche, lo que me hacía sentir increíblemente bien y muy querido por todos, yo intentaba ver por arriba de las cabezas de la gente, para saber si se me estaba escapando alguien, que no hubiera visto antes, y en esas tanteadas, siempre descubría a alguien que aún no había visto.

Empecé a notar en el ambiente, una especie de juego de complicidad colectivo, todos me veían y me sonreían sospechosamente, como si me escondieran algo, me dejé de paranoias y seguí disfrutando mi fiesta.

Al rato ante una señal de mi amiga, todo el mundo empezó a sacar sus regalos de donde los tenían escondidos y a ponerlos en una mesa que había dispuesta para eso, fue increíble la cantidad de cosas que me regalaron.

Claro… decía yo, por eso es que estaban sospechosos, planificaron esa forma tan especial de entregar los regalos. Pero eso no era todo, pues de la nada se han aparecido con una piñata grandísima, con forma de cámara fotográfica, hecha por mi amiga con sus propias manos. Ahora si que estaba aclarado el jueguito sospechoso de miraditas y risitas. Me relajé y me serví otro güisqui, pues la fiesta apenas estaba empezando.

En eso mi amiga colocándose en el medio del patio, pide la atención de todos. Y empieza a decir: Bueno Miguel, ahora prepárate para que recibas mi gran regalo, que me ha costado mucho conseguir, tú te lo mereces, me tomó de la mano, y me puso en el medio del patio, me pidió que cerrara los ojos muy bien y sin hacer trampa, así lo hice, me quedé paradito, tratando de imaginarme que me iba a regalar. ¿Será el reloj Tudor de acero? que siempre había deseado. ¿O será un ticket para ir a Pepe Caucho a ponerle los BF Goodrich al Toyota? En ese momento preferí dejar la mente en blanco, y vivir la verdadera emoción de la sorpresa, sin tratar de imaginármela, pasaron unos minutos largísimos y finalmente me dijo: Mi amor, ya puedes abrir los ojos.

No lo podía creer, me estremecí de pies a cabeza, pues frente a mi, a unos tres metros estaba el Ángel, si aquel de las alas escondidas, con ojos melancólicos y sonrisa de querubín.

Para Thais, quien me hizo soñar como nunca antes lo había hecho.

27 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Debo confesar, Miguel, que me sentí como viendo un capítulo de Heroes, que uno nunca sabe exactamente si las cosas están ocurriendo en el presente o hace 6 meses o dentro de 2 días...

Este relato me dejó pensando en dos cosas:
1. La amistad es algo que no conoce límites, siempre termina dándonos más alegría de que la pensábamos que se podía recibir.

2. Qué linda Magnolia!

4:22 p.m.  
Blogger Alleta said...

Miguel que enredoo!!! jajaja
Pero estuvo bueno. Yo nunca he tenido una fiesta asi!!!
Porque la del matrimonio no vale, verdad??

4:45 p.m.  
Blogger Rosa said...

Tratando de ponerme al dia, ya que ahora con el trabajo ya no tengo tanto tiempo, llego y me encuentro este regalo tan lindo y como siempre tan bien escrito. Un abrazo a los cuatro

6:46 p.m.  
Blogger YaDi said...

Que alma tan hermosa la de Magnolia.
Las amistades y sus deliciosos misterios que le dan colores a nuestras vidas.
Hermoso el relato definitivamente.
Besos

11:53 p.m.  
Blogger Waiting for Godot said...

Miguel, me puedo aprovechar de ti y pedirte en persona lo que sigue? Me dejaste como a medias, quiero saber que ha pasado con ese Angel. TQM (tu eres un angel en mi vida también)

10:13 a.m.  
Blogger Rita ♫ said...

Wow ¡que nota tu relato!
Me dejaste loca... ¿conoces a Ronald Ulloa? Definitivamente el mundo es un pañuelo.
Hay relaciones que son indescriptibles, ¿verdad?
¡Qué linda Tu Novia!
Besos

12:25 p.m.  
Blogger Oswaldo Aiffil said...

A veces te leo, querido amigo, y me pregunto si te falta algo por vivir...bonita historia, se nota que te ha quedado íntegra, no has olvidao nada, lugares comunes que mencionas y que ya no existen en Caracas, modas, otros tiempos, que bonito Michele! Un abrazo!

4:47 p.m.  
Blogger Adrianifero said...

No se por que leer este relato me toco. Tengo 27 anios actualmente, asi como tu los tuviste, hace menos de un anio comence una historia maravillosa con la mujer que amo, que apenas se viene desarrollando. Leyendote me doy cuenta que todas estas vivencias de ahora, tan normales y cotidianas, seran la gasolina de esos grandes recuerdos que tendre en unos 25 anios..

Fue como leer a mi yo del futuro contarme acerca de mi presente!

Gracias Miguel

7:31 p.m.  
Blogger Lycette Scott said...

Definitivamente amigo relatos como este son lo s que enriquecen la blogosfera.
Muchos besos

11:23 p.m.  
Blogger Lycette Scott said...

Definitivamente amigo relatos como este son lo s que enriquecen la blogosfera.
Muchos besos

11:23 p.m.  
Blogger Nostalgia said...

que detalle!
maravillosa esa novia tuya...
será que lo supo todo el tiempo???
bello relato :)

3:42 a.m.  
Blogger El Trimardito said...

En esta hsitoria hay dos ángeles, una Thais y la otra Magnolia.

saludos!!

2:10 p.m.  
Blogger J-oda said...

Vale la pena esperar por tus letras!



Y se puede saber cuando vienen los relatos de los OTROS Angeles?

SE que existen más!

3:32 p.m.  
Blogger Sirena Varada said...

"Esa casa fue testigo de muchas parrillas, momentos largos de alegrías plenas y vacaciones increíbles, de fines de semana playeros, de franela, bermudas y sandalias, sueños de éxitos por venir, de hijos por educar y vidas por disfrutar"

Ha sido toda una sorpresa vagabundear por las inmensidades de la globosfera y encontrar un texto de tanta calidad. Como botón de muestra, la frase que he entresacado.
Esto me hace pensar en cuanta buena literatura nos perdemos y cuánta conocemos por caprichos del azar...

9:01 p.m.  
Blogger Ricky del Norte said...

Que buena historia Miguel, yo creo que el verdadero angel de esta historia era tu novia Magnolia, que no solo te dio uno de los mejores cumpleaños de tu vida, sino tambien te dio como regalo volver a ver a tu amor platonico Thais vegas.
Un abrazo.

6:51 p.m.  
Blogger Ross said...

WOw que historia, y mas aun pensar que es de verdad verdad o la soñaste..mil cariños, como va de la Rosa

8:11 p.m.  
Blogger IMAGINA said...

Dios mío, Dios mío, Dios mío!!!!!
De lo que me pierdo por no ser tu vecina en Amersfoort y en invierno, el fin de semana, sin nada que hacer, echarme palos contigo....bueno, contigo y con María del Valle y con Juan Manuel y con quien tu quieras, pero escuchando esos cuentos tan absolutamente increíbles!

Es que todo tú eres una pura anécdota Miguel.... y lo que falta! porque no dejas de escribir líneas divertidas todos los días de tu vida.

Á mí, que me inviten a tu próxima fiesta sorpresa por favor. Juro que pago el pasaje.
TQ♥

7:36 p.m.  
Blogger IMAGINA said...

O me contestas o me cuaimatizo.
Joróbate por lento. Te dejé un meme en mi casa.

Hombres!

1:13 a.m.  
Blogger Azul... said...

Tan linda tu Novia, lo sabía todo de todo y jamás dijo ni mú :)

Eres un hechicero, me dejaste en estado hipnótico, sin poder apartar los ojos de tu relato!

Besototes!

PD) Yo que tú le paro a Rosalía :D

3:09 p.m.  
Blogger Jackie said...

A ver Miguel... déjame decirte...

Yo he venido en tres oportunidades distintas a leer este post y lo he leído con cuidado, de arriba a abajo... y no lo entiendo.

Por qué otras personas lo entienden y yo no?

Es decir, lo he disfrutado porque está bellamente escrito, con esa manera que tienes tú de narrar las cosas logrando empatía instantánea en nosotros.

Pero no entiendo la historia y... pensé que era porque tenía mi cabeza en otro lado y que necesitaba concentrarme más.

Leí los comentarios y ahora entiendo MENOS.

¿O será que si entiendo?

Será que engo que dejar las drogas y el alcohol?

:)

No me vayas a dejar de querer por eso, ok?

7:07 p.m.  
Blogger Miguel Pinto said...

Mariale Divagando
La amistad es lo máximo.
Bueno, este capitulo que conté aquí tiene 25 años de antigüedad, o sea que casi, casi es historia.
Gracias por tus palabras. Me encantaron.

Alleta
A la hora de una fiesta memorable, todas valen, incluyendo las de matrimonio, que por lo general son todas buenísimas

Rosa
Querida, muchas gracias, tú siempre tienes la combinación ideal de palabras, para hacerme sentir muy orgulloso.
Desde aquí te mandamos cuatro abrazos cariñosos, uno por cada uno de nosotros.

Yadi
Ciertamente esa muchacha fue un hito en mi vida. Al final los amigos siempre producen buenos resultados en la memoria y nos alegan mucho la vida.

Waiting for Godot
Mi queridísimo querubín, no lo dudes ni un instante, la continuación de esta historia será en persona, yo no seria capaz de negarme a los encantos de tenerte al lado y echarte el resto del cuento viendo tus increíbles ojos, que son los mas intensos que he visto en toda mi vida.

Rita
Es increíble, ¿tú también conoces a Ronald Ulloa? Esta es una prueba más de que la teoría de los seis grados de separación es cierta.

Oswaldo Aiffil
Mi querido amigo Oswaldo, a veces me pregunto, si este blog no se estará poniendo demasiado autobiográfico, si sigo contando las historia menuda de mi vida, no me quedara espacio pero ni para un solo secretito. De lo que si estoy seguro es que lo que es de actualidad, no es este blog.

Adrianifero
Muchas gracias por tu comentario tan especial, yo estoy seguro de que si amas sin limites y con intensidad a esa muchacha que comparte ahora el tiempo contigo, sus recuerdos no te abandonaran nunca.
La vida es bella, si se vive con amor.

Lycette Scott
¡¡¡Muchacha!!! Tus palabras son un verdadero halago, y viniendo de ti, pues mucho mas. Muchas gracias.

Nostalgia
Así mismito es que es. Esa fue la gran sorpresa de la noche. Ella nunca dejo de impresionarme.

El Trimardito
Si señor amigo mío, y lo mejor de todo, es que aun a mi lado hay otro montón de ángeles increíbles, entre ellos, mi esposa y mis dos hijos, ellos son lo máximo.

J-oda
Gracias mi querida J-oda, tu eres otro de mis ángeles. ¿Tú ya lo sabias?
Mira, ¿y como es eso de tu sabes que hay mas? Échame ese cuento ;)

Sirena Varada
Apreciada sirena, es muy gratificante leer un comentario como el tuyo. Un millón de gracias.

Ricky del Norte
Muchas gracias, y es cierto, solo a un ángel se le puede ocurrir eso de andar invitando a otro ángel a una fiesta.

Ross
Epale, que nota que hayas pasado por mi casita, te cuento que la historia aquí contada es absoluta y rigurosamente cierta, por mas increíble que esta parezca.

Imagina
Queridísima, yo estoy seguro de que si fueras mi vecina, aquí en Amersfoort, seriamos súper panas y viviríamos echándonos palos y contándonos las vidas en vivo y directo, porque estoy seguro de que tú también tendrás tus historias y por lo que deduzco deben ser buenísimas, me lo imagino y no puedo evitar sonreír ampliamente.

Azul
Adorada paisana, yo he sido muy afortunado, pues siempre he estado rodeado de muchos ángeles, claro, y uno que otro demonio también. Me entusiasma mucho saber que he logrado robar tu atención por un rato y que hayas leído este cuentecito sin apartar tu vista de él, tú si que eres un encanto.

Jacqueline
Querida Jackie de mi vida, es posible que el hecho de estudiar tanto francés, este haciendo mella en tu español, a mi me pasa algo parecido cuando estudio mucho holandés. Pero no importa pues tu eres mi diva favorita, por eso perdono hasta que no entiendas lo que escribo, para mi es suficiente llenarme de orgullo pensando que aun así, eres mi amiga preferida y que te quiero un montón.
Después de haberlo pensado un poco, me atreveré a escribir esto: Si me das tu teléfono soy capaz de llamarte para explicarte el cuento con lujo de detalles.

12:56 p.m.  
Blogger Jackie said...

NO HABIA VISTO ESTO, VOY CORRIENDOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!

6:50 p.m.  
Blogger Azul... said...

Pasé a dejarte besotes y a desearte una feliz semana, Paisanísimo :)

1:40 p.m.  
Blogger IMAGINA said...

Cambio de Post!
Cambio de Post!
Cambio de Post!
Cambio de Post!
Cambio de Post!
Cambio de Post!
Cambio de Post!
Cambio de Post!
Cambio de Post!
Cambio de Post!
Cambio de Post!
Cambio de Post!
Cambio de Post!
Cambio de Post!
Cambio de Post!
Cambio de Post!

(.... si tú tuvieses allá a Chavéz tres días seguidos en cadena, entenderías por qué es tan importante que los amigos actualicen los blogs con más frecuencia♥).

2:20 p.m.  
Blogger Catalina said...

Este post (y esta historia) es bellisisma! gracias por compartirla!

2:41 p.m.  
Blogger Unknown said...

Que divina esta historia... me hace volar a mis épocas de clubes y casas de amigos en alguna casa de rio chico o de higuerote... eran esos tiempos mágicos donde lo vives diferente todo... como una innovación .... en fin, gracias me refrescaste el día...Un abrazo

5:39 p.m.  
Blogger Magnolia Santamaria said...

Cuenta la leyenda que no fue una parrilla sino una paella... ;)

4:57 a.m.  

Publicar un comentario

<< Home