Una cena “Gezellig” en el San Giorgio
Ayer hacía muy buen tiempo, cosa que no se da muy a menudo por aquí en estas latitudes. Desde hace poco mas de dos semanas hemos gozado de unos días muy bellos. La gente irradiaba alegría, la alegría que da la luz a los colores de la primavera que inundan todo descaradamente. Esto y el calorcito, hace que todos irremediablemente se reconcilien con la vida.
Luciano es el chef-propietario del Ristorante San Giorgio, que tiene muchos años establecido en unas estupendas e inigualables instalaciones que son monumento histórico de la ciudad de Amersfoort.
Para mi suerte el San Giorgio queda al frente de mi trabajo. En en tiempo que llevo aquí, Luciano y yo nos hemos hecho muy buenos amigos. Nos une, entre otras cosas, el gusto por la buena comida, los buenos vinos y el gentilicio, pues mis padres eran italianos, y además de ser muy venezolano, soy también muy italiano y con mucho orgullo ostento las dos nacionalidades.
En ese momento Luciano estaba en la calle, disfrutando del buen clima, lo vi y salí a charlar con él un rato. Eran mas de las diez de la noche, me disponía ya a cerrar el restaurante, ese día habíamos tenido poco trabajo. En el medio de la amena charla, me invitó a cenar afuera, en una de las mesas que habían puesto en la acera, para aprovechar el verano adelantado que tenemos este año.
En la tarde de hoy, Luciano había estado recibiendo a sus proveedores, entre otros, el de las verduras y el del pescado, en este último caso, escogiendo las piezas a placer de su gran camión refrigerado, un estupendo mero de mas de 5 kg, un San Pietro, pulpo, calamares y otras frescas delicias del mar.
En la mesa, respiraba ya abierta una botella de vino rosé de Sardegna, “Argiolas” Serra Lori, de la Isola de Muraghi, estupendísimo. La mejor definición del vino la hizo Luciano, dijo: “asaggia, asaggia”, prueba, prueba, este vino es demasiado bueno y demasiado caro para ser un rosé”. Ciertamente, era un vino muy bueno, ligero, pero con cuerpo, sin pretender invadir los sabores de los manjares que se estaban por venir, cosa no muy común en un vino rosé.
Como entrada y acompañamiento, bruschette con pomodori cherry, basílico fresco y olio extravergine naturale. Ya esto era todo un deleite, luego una deliciosa insalata di polpo alla sulcitana, el mismo pulpo que había asustado en la tarde. Divina combinación, pulpo, finas hierbas y paprika en una fuente, mezclado con limone de la Costiera Amalfitana. Y luego, como broche de oro, un gran churrasco de mero o cernia fresco alla griglia. Esto último de las manos del pupilo de Luciano, el inefable Pantera, luciéndose como gran cocinero.
Era muy agradable escuchar a todos los vecinos y paisanos que pasaban, caminando, en bicicleta o en sus autos, decirnos “Eet smakelijk”, buen provecho o “Geniet ervan”, que lo disfruten. Pero lo mejor de todo fue compartir esta cena tan especial con un buen amigo, al cobijo de la luna y las estrellas, como dicen aquí: “Gezellig”.
(La mala calidad de las fotos es porque fueron tomadas con el celular)
Luciano es el chef-propietario del Ristorante San Giorgio, que tiene muchos años establecido en unas estupendas e inigualables instalaciones que son monumento histórico de la ciudad de Amersfoort.
Para mi suerte el San Giorgio queda al frente de mi trabajo. En en tiempo que llevo aquí, Luciano y yo nos hemos hecho muy buenos amigos. Nos une, entre otras cosas, el gusto por la buena comida, los buenos vinos y el gentilicio, pues mis padres eran italianos, y además de ser muy venezolano, soy también muy italiano y con mucho orgullo ostento las dos nacionalidades.
En ese momento Luciano estaba en la calle, disfrutando del buen clima, lo vi y salí a charlar con él un rato. Eran mas de las diez de la noche, me disponía ya a cerrar el restaurante, ese día habíamos tenido poco trabajo. En el medio de la amena charla, me invitó a cenar afuera, en una de las mesas que habían puesto en la acera, para aprovechar el verano adelantado que tenemos este año.
En la tarde de hoy, Luciano había estado recibiendo a sus proveedores, entre otros, el de las verduras y el del pescado, en este último caso, escogiendo las piezas a placer de su gran camión refrigerado, un estupendo mero de mas de 5 kg, un San Pietro, pulpo, calamares y otras frescas delicias del mar.
En la mesa, respiraba ya abierta una botella de vino rosé de Sardegna, “Argiolas” Serra Lori, de la Isola de Muraghi, estupendísimo. La mejor definición del vino la hizo Luciano, dijo: “asaggia, asaggia”, prueba, prueba, este vino es demasiado bueno y demasiado caro para ser un rosé”. Ciertamente, era un vino muy bueno, ligero, pero con cuerpo, sin pretender invadir los sabores de los manjares que se estaban por venir, cosa no muy común en un vino rosé.
Como entrada y acompañamiento, bruschette con pomodori cherry, basílico fresco y olio extravergine naturale. Ya esto era todo un deleite, luego una deliciosa insalata di polpo alla sulcitana, el mismo pulpo que había asustado en la tarde. Divina combinación, pulpo, finas hierbas y paprika en una fuente, mezclado con limone de la Costiera Amalfitana. Y luego, como broche de oro, un gran churrasco de mero o cernia fresco alla griglia. Esto último de las manos del pupilo de Luciano, el inefable Pantera, luciéndose como gran cocinero.
Era muy agradable escuchar a todos los vecinos y paisanos que pasaban, caminando, en bicicleta o en sus autos, decirnos “Eet smakelijk”, buen provecho o “Geniet ervan”, que lo disfruten. Pero lo mejor de todo fue compartir esta cena tan especial con un buen amigo, al cobijo de la luna y las estrellas, como dicen aquí: “Gezellig”.
(La mala calidad de las fotos es porque fueron tomadas con el celular)
6 Comments:
Salut!! que rico!!
una buena cena con un vinito... al aire libre... y con buena compañia... que mas se puede pedir?
Tremenda publicidad para el local, ya estoy que me voy pa lla.
:)
Que sabroso Miguel!!!
la verdad por aca en Canada (london, Ontario) no abundan los buenos restaurantes italianos ni tampoco los italianos.....encuentro que la comida aca sabe toda mas o menos igual, al menos en los pueblos como este donde yo vivo
Salud!!!
Mi pana, son casi las 7:30 de la noche, ya comí, y con esa historia que te mandaste ya me dio hambre otra vez, que va no se vale 8)
Muy Buena miguelito, tenemos que irnos un día comernos una vainita a casa de tu amigo.
Saludos!!!
MMMMMMMMM...Que rico..en cualquier momento me tiene por esos lares..la verdad, cada vez que voy a un restaurante italiano, mexicano o cualquier otra comunidad..en holanda...terminan resultando un chasco...siempre me dan cosas tapadas de curri..o su propia version de comidas tipicas de otros paises..todo al modo holandes.
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