¡¡¡Ahhh!!! Los venezolanos
No hay nadie que no conozca a un venezolano o, por lo menos, conoce a alguien que conoce a un venezolano. De todas maneras, le preguntaron en una ocasión a un reconocido sabio maestro: ¿Qué es un venezolano?
Su respuesta fue la siguiente: ¡Ah, los venezolanos... que difícil pregunta! Los venezolanos están entre ustedes pero no son de ustedes. Los venezolanos beben en la misma copa la alegría y la amargura. Hacen música de su llanto y se ríen de la música.
Los venezolanos toman en serio los chistes y hacen chistes de lo serio. No creen en nadie y creen en todo. ¡No se les ocurra discutir con ellos jamás!
Los venezolanos nacen con sabiduría. No necesitan leer, ¡todo lo saben! No necesitan viajar, ¡todo lo han visto! Los venezolanos son algo así como el pueblo escogido, por ellos mismos.
Los venezolanos se caracterizan individualmente por su simpatía e inteligencia y, en grupos, por su gritería y apasionamiento. Cada uno de ellos lleva en sí la chispa de genios y los genios no se llevan bien entre sí, de ahí que reunir a los venezolanos es fácil, pero unirlos es casi imposible.
No se les hable de lógica, pues eso implica razonamiento y mesura y los venezolanos son hiperbólicos y exagerados. Por ejemplo, si te invitan a un restaurante a comer, no te invitaron al mejor restaurante del pueblo, sino al mejor restaurante del mundo.
Cuando discuten, no dicen: No estoy de acuerdo contigo sino ¡Estas completamente equivocado!
Tienen tendencias antropófagas; así entonces ¡Se la comió! es una expresión de admiración y comerse un cable es señal de una situación critica. Llamarle a alguien pajuo es un insulto lacerante.
El venezolano ama tanto la contradicción que llama monstruos a las mujeres hermosas y bárbaros a los eruditos. Si te aqueja alguna situación de salud te advierten ¡Mano, debiste hablar conmigo para llevarte donde un pana mío médico que es un tiro al piso!
Los venezolanos ofrecen soluciones antes de saber el problema. Para ellos nunca hay problema. Saben lo que hay que hacer para erradicar el terrorismo, comunismo, encausar a América Latina, eliminar el hambre en África, pagar la deuda externa, quién debe ser presidente y cómo Estados Unidos puede llegar a ser una potencia mundial.
No entienden por qué los demás no les entienden cuando sus ideas son tan sencillas y no acaban de entender por que la gente no quiere aprender a hablar español como ellos.
¡Ah, los venezolanos... No podemos vivir mucho con ellos, pero es imposible vivir sin ellos!
Dedicado con cariño a los habitantes del mejor país del Mundo... ¡¡¡Es la pura verdad!!!
(Autor desconocido)
Su respuesta fue la siguiente: ¡Ah, los venezolanos... que difícil pregunta! Los venezolanos están entre ustedes pero no son de ustedes. Los venezolanos beben en la misma copa la alegría y la amargura. Hacen música de su llanto y se ríen de la música.
Los venezolanos toman en serio los chistes y hacen chistes de lo serio. No creen en nadie y creen en todo. ¡No se les ocurra discutir con ellos jamás!
Los venezolanos nacen con sabiduría. No necesitan leer, ¡todo lo saben! No necesitan viajar, ¡todo lo han visto! Los venezolanos son algo así como el pueblo escogido, por ellos mismos.
Los venezolanos se caracterizan individualmente por su simpatía e inteligencia y, en grupos, por su gritería y apasionamiento. Cada uno de ellos lleva en sí la chispa de genios y los genios no se llevan bien entre sí, de ahí que reunir a los venezolanos es fácil, pero unirlos es casi imposible.
No se les hable de lógica, pues eso implica razonamiento y mesura y los venezolanos son hiperbólicos y exagerados. Por ejemplo, si te invitan a un restaurante a comer, no te invitaron al mejor restaurante del pueblo, sino al mejor restaurante del mundo.
Cuando discuten, no dicen: No estoy de acuerdo contigo sino ¡Estas completamente equivocado!
Tienen tendencias antropófagas; así entonces ¡Se la comió! es una expresión de admiración y comerse un cable es señal de una situación critica. Llamarle a alguien pajuo es un insulto lacerante.
El venezolano ama tanto la contradicción que llama monstruos a las mujeres hermosas y bárbaros a los eruditos. Si te aqueja alguna situación de salud te advierten ¡Mano, debiste hablar conmigo para llevarte donde un pana mío médico que es un tiro al piso!
Los venezolanos ofrecen soluciones antes de saber el problema. Para ellos nunca hay problema. Saben lo que hay que hacer para erradicar el terrorismo, comunismo, encausar a América Latina, eliminar el hambre en África, pagar la deuda externa, quién debe ser presidente y cómo Estados Unidos puede llegar a ser una potencia mundial.
No entienden por qué los demás no les entienden cuando sus ideas son tan sencillas y no acaban de entender por que la gente no quiere aprender a hablar español como ellos.
¡Ah, los venezolanos... No podemos vivir mucho con ellos, pero es imposible vivir sin ellos!
Dedicado con cariño a los habitantes del mejor país del Mundo... ¡¡¡Es la pura verdad!!!
(Autor desconocido)
posted by Miguel Pinto at 10:04 a.m.
10 Comments:
miguel, mil perdones... pero te lo tengo que copiar!!!
saludos desde roma!
Hola Miguel!!! lo siento pero yo tambien me lo voy a copiar...
Puede que suene trillado; pero es que, en verdad... SOMOS UNICOS !!!
Saludos,
PD. Para no cortar el hilo voy a ver si me lo copio tambien, jejeje
No lo había visto, pero está demasiado bueno...
Un beso "gigantesco"
Yo lo había visto pero, lo cambiaron a Maracuchos en vez de Venezolanos...pero por supuesto q estoy de acuerdo es con que así somos todos los venezolanos!
Es totalmente cierto y estoy de acuerdo, lastima q muchos venezolanos se den cuenta de esto, cuando ya no lo tienen cerca para disfrutarlo.
Puede q yo también me lo copie :P
Es por eso que no somos buenos, somos vergatarios!
bueno....claro que voy a copiarlo tambien..........:)........cuando estuve en Venezuela ultimamente y una de misa amigas me dijo: estas equivocadisima!.....:)....me hizo sonreir......me parecio tan fuerte!
ja ja.. que más se puede decir!?
Ya en el primer páttafo hay una gran verdad: yo no conozco un venezolano pero tengo un amigo que sí e incluso a vivido en Caracas donde sueña volver.
Los latinoamericanos nos parecemos.
Los brasileros dicen ser o mais grande do mundo.
Los argentinos nos
reconocemos "chantas", "vivos" pero aún no resolvemos nuestros problemas.
Y eso que no me ha dado por postear las 10 pruebas irrefutables de que Jesucristo era venezolano. ;-)
Saludo.
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