Cubanos malcriados y llorones

Todo comenzó con una pequeña pancarta. Sentado en la sección de las gradas detrás del plato, y con las cámaras de televisión enfocadas, un aficionado levantó el jueves un cartelón que leía “Abajo Fidel” en medio del partido de Cuba en el Clásico Mundial de Beisbol.

Esas palabras ocasionaron una ola que inundó las noticias desde San Juan hasta La Habana. Ángel Iglesias, jefe de la delegación cubana y vicepresidente del Instituto Cubano del Deporte, intentó intervenir con el aficionado. En cambio, fue escoltado por la policía fuera del área y hasta un pequeño cuartel rodante ubicado en el estadio Hiram Bithorn, donde permaneció durante algunos minutos. El equipo cubano, que venció por 11-2 a Holanda y se clasificó a la segunda ronda, se enojó por el incidente y no acudió a la conferencia de prensa posterior al duelo, y la delegación se reunió con los organizadores para asegurarse que el incidente no se repita.
(elnacional.com)

Verdaderamente, estos cubanos son unos "malcriados niños llorones", se atreven a reclamar por esta tontería, como si estuviera en la manos de los organizadores de este evento, controlar a los asistentes para que no se les vaya a ocurrir cometer el terrible pecado de ofender al "benemérito" Fidel Castro. Además cometen una verdadera falta de respeto al no asistir a la rueda de prensa que tenían pautada, por solo sentirse ofendidos por la simple pancarta.

Los cubanos deberían entender de una vez por todas, que su dictadura se circunscribe exclusivamente a su isla. Que no pueden intentar allanar las libertades y prohibir la disidencia en cualquier parte del mundo como lo hacen en su país. Los cubanos no pueden controlar la libertad de expresión allende sus fronteras, ni intentar acallar las multitudinarias voces de protesta en contra de su rancia dictadura hambreadora y generadora de miseria.

“ABAJO FIDEL”