Una cena diferente

Ayer nos invitaron a la “Cena de los Inmigrantes”, en Bergkerk, la iglesia de la colina, es la primera vez que asistimos a un evento en una iglesia protestante.
El principal interés de la realización de estas actividades no proselitistas, por parte de la iglesia, es la integración de los inmigrantes a la sociedad holandesa. Nos invitó nuestra profesora de holandés, que además es católica. La verdad es que la pasamos muy bien, tomando en cuenta que el promedio de edad era como 85 años,(exagerando un poco, ¡claro!) La gente fue muy amable, nos hicieron sentir como en casa, compartimos la mesa con personas de paises diferentes. Lo interesante de la experiencia fue el ameno discurso del Dominee o pastor, que habló sobre el respeto que se debe tener a las ideas de los demás; que ninguna creencia ni religión es mejor que otra; que todos tenemos el derecho de pensar y expresar lo que pensamos, sin hacerle daño a nadie, ni tampoco se le debe hacer daño a nadie por expresar sus ideas. Evidentemente, esto tiene mucho sentido, tomando en cuenta el reciente e insensato asesinato del cineasta y periodista Theo Van Gogh, que ha desatado una ola de incidentes xenofóbicos y reacciones de extremistas contra iglesias, escuelas y otros sitios públicos.
La velada se vio muy enriquecida con la cantidad de personas de diferentes nacionalidades que compartimos la cena (se me irían como cinco líneas si las pongo todas) y tambien con el contenido propio de la degustación: de primero ensalada griega de atún, luego arroz blanco con pollo Tandori y vegetales de India picantes, ensalada de pepinos con dressing de yogurt, de postre, mousse de cerezas con galletas de chocolate amargo y por último café y te con galletas irakíes de nueces, llamadas Kolejas. Todo estuvo sensacional. Si tienen alguna duda acerca del menú, allí se les pongo para que lo lean en holandés.