Mi novia en pantaletas
Cuando disfrutaba yo de mis dieciséis años, hace ya mucho tiempo, tenía una noviecita, nos queríamos mucho. ¿Saben? Era de ese amor primerizo, primitivo y amateur, del que te hace sentir permanentemente las famosas mariposas esas en el estómago, era de los amores que no te dejan pensar en otra cosa. La verdad sea dicha, era una relación muy bonita, sólida e intensa, tomando en cuenta lo jóvenes que éramos.
Sucedía, que aunque siempre queríamos estar juntos, sólo nos podíamos ver en su casa, bajo la supervisión, no tan estricta de sus hermanos mayores. Esto a mi me aburría mucho, yo quería hacer cosas diferentes, cada día le exigía más; vamos a vernos en otro sitio, le sugería cada vez que podía, pero parecía imposible. Jubílate un día de clases, como hacen las muchachas normales, cuando quieren verse con sus novios, increpaba yo; eso no es tan terrible como parece. Imagínate que nos jubilemos y tengamos todo un día para estar solos. ¿No te gustaría hacerlo, aunque fuera una sola vez? Siempre le proponía lo mismo, pero no sucedía nada, y así día tras día teníamos nuestra reunión romántica en el patio de atrás de su casa. Su indiferencia a mi solicitud de alternar nuestro sitio de reunión, hizo que decidiera no volver a pedírselo para no ponerme pesado.
Pero como la mayoría de las cosas son así de raras y suceden cuando menos te lo esperas, después de varios días, una tarde, sin aviso previo me llamó por teléfono y me dijo: ”Mi amor, mañana vamos a tener un día para nosotros solitos, así que espérame como a las ocho y media en la esquina del colegio, por allí donde termina la cerca” ¿Te parece? Claro, respondí ¡Que nota! ¡Por fin! Nunca te olvidarás de este día, vaticiné.
No podía creerlo, esto de pasar un día completo con mi flamante novia, estaba a punto de convertirse en realidad, justo mañana, nos jubilaremos y pasaremos todo el día juntitos, como tanto yo lo había deseado, sin espías ni lámparas, ni campanarios vigilándonos, esto era simplemente lo máximo.
Luego, al pasar la euforia del momento dije: ¡Bicho! Yo aquí celebrando y ni siquiera tengo un plan preparado de a donde la voy a llevar. Así que pensé por un rato, y se me ocurrió lo siguiente: Desayunaremos en la Fuente de soda del Cada de Los Chaguaramos, allí los desayunos son buenísimos, con huevos fritos y demás, luego caminaríamos agarrados de manos hasta la UCV, allí hay sitios muy agradables y privados para pasar un buen rato, como se lo merecen todos los novios del mundo. ¡Ah! Mañana es jueves, tal vez tengamos también la suerte de entrar al ensayo de la Orquesta Sinfónica Nacional en el Aula Magna, que seguro será un verdadero deleite, luego y como parte de un rito urbano ancestral, brindaríamos nuestro amor con sendas chichas, de las que venden desde hace mil años debajo del reloj de la Plaza del Rectorado, y si el hambre llegara a atacar, podríamos hasta almorzar una suculenta y opípara comida balanceada en el comedor de la universidad, por la módica suma de dos bolívares cada uno. ¡Woao! Que mundo de posibilidades se abrió en un instante. Yo estaba inmensamente feliz, imaginándome lo bien que lo pasaríamos.
Recuerdo que esa noche casi no dormí, no paraba de pensar en lo que podría suceder al día siguiente, claro, por momentos me invadían también pensamientos que me parecían retorcidos, rebuscados y muy calientes, claro, cosa que era perfectamente normal, con esa edad y la enorme cantidad de hormonas haciendo de las suyas, no podía suceder otra cosa.
Finalmente amaneció, me bañe, creo que más de una vez, poniendo especial atención en mis mas recónditos rincones, no se, por si acaso, uno nunca sabe, pensaba yo, como si fuera todo un novio con amplia experiencia.
Nada podía quedar mal, todo lo había preparado la noche anterior, uniforme impecable, pues supuestamente yo iba a clases, zapatos limpios y brillantes, uñas cortaditas, imagínense que hasta interior nuevo me puse, de los ovejita, blancos normales, los cómodos, de los mismos que fueron a la Antártida con la Marina Norteamericana.
No podía despertar ninguna sospecha, ya mi hermano se había ido a su trabajo, lo que me permitió bañarme literalmente en su colonia cara Capucci, definitivamente olía a éxito; recuerdo que hasta me peiné, andaba pepito, pepito, pero tan pepito que hasta mamá se dio cuenta de que había algo raro conmigo, yo creo que no le hizo mucho caso a sus suspicacias, se hizo la vista gorda voluntariamente y sólo me dijo: ¡Niño, que bien hueles! Solo me giré sobre mis talones, le di mi mejor sonrisa, ella hizo lo mismo con mucha complicidad, le di un gran beso y fui al encuentro del amor.
Bueno, ya afuera, en la calle, me dirigí con paso seguro y liviano como un pajarito a la parada del autobús, que me llevaría hasta las inmediaciones del colegio de mi amada muchacha. Iba en el autobús pensando con inmensa alegría y una gran sonrisa de tonto, que cuando las cosas eran buenas, todo se pone del lado de uno, para que sucedan. Y así como una lombriz, feliz, feliz, me desplazaba todo lo rápido que el antiguo autobús me permitía.
Tal como acordamos y como todo un gentleman inglés, me encontraba en el sitio a la hora indicada, bueno la verdad es que llegué como veinte minutos antes, pero es que la expectativa era demasiada, como para tomármelo de manera relajada.
Me detuve en la esquina donde nos íbamos a encontrar, estaba muy nervioso, lo normal, lo que correspondía a la importancia del evento que estaba casi por ocurrir, que le puedo hacer, yo era así, y aún soy igual.
Ya habían pasado unos minutos, después de la hora acordada, pero a mi parecían como tres horas, y nada que aparecía la niña, no sabía por donde llegaría, yo miraba al norte, luego al este, y así continuaba, en un movimiento frenético de cabeza, que me hacía pasar por todos los puntos cardinales y sus intermedios, tratando de ver por donde aparecería; la verdad es que me estaba empezando a desesperar.
Al rato apareció, pero del lado equivocado, pensé yo, pues se estaba acercando al punto de encuentro, pero por el lado de adentro del colegio, yo no entendía nada. Claro, seguro que viene a decirme, que no puede, que no se atreve a cometer esta locura y que otro día será.
Corriendito se iba acercando, al estar lo suficientemente cerca como para saludarme, me soltó un hola, lo hizo con una gran sonrisa, y me dijo: "agárrame eso allí" y lanzó con toda su fuerza el mazo de libros por encima de la cerca que nos separaba, me apliqué por completo en la tarea de atajarlos, para no quedar mal apenas empezando nuestra aventura, así lo hice, y como el mejor catcher de grandes ligas, atajé los libros en el aire. Al voltearme, la vi casi en cámara lenta, en un alarde de agilidad extrema, totalmente desconocido por mi, brincar sobre la cerca, salvándola en dos saltos con una facilidad impresionante, quedé con la boca abierta.
...Pero... Un pequeño error de cálculo, produjo un accidente, que hizo que una parte muy importante de su uniforme quedara engarzado en lo alto de la cerca, ocasionando que su aterrizaje, se tornara repentinamente en algo muy interesante para mi, pues de la nada me la encuentro abajo simplemente “en pantaletas”.
Imagínense la situación, cuando el plan era salir disparados de allí, quedamos los dos como pajaritos en grama, viendo para todos lados buscando que la providencia nos sugiriera que hacer.
Tuve dudas, no sabía que era mejor hacer, si taparla para que no la vieran, ir a buscar su falda en lo alto de la cerca, o quedarme yo mismo viendo. Que confusión por Dios, la sensatez hizo que me subiera velozmente a recuperar lo que había quedado de su prenda, se la medio acomodé por encima, claro, deleitándome mientras lo hacía.
Y así retomamos nuestro paseo. ¿Y a donde? ¡Pues a donde más! Sino a mi casa, a buscar a la alcahueta de mi mamá, quien terminó cosiendo el uniforme de mil amores y con una gran sonrisa tatuada en su rostro.
Sucedía, que aunque siempre queríamos estar juntos, sólo nos podíamos ver en su casa, bajo la supervisión, no tan estricta de sus hermanos mayores. Esto a mi me aburría mucho, yo quería hacer cosas diferentes, cada día le exigía más; vamos a vernos en otro sitio, le sugería cada vez que podía, pero parecía imposible. Jubílate un día de clases, como hacen las muchachas normales, cuando quieren verse con sus novios, increpaba yo; eso no es tan terrible como parece. Imagínate que nos jubilemos y tengamos todo un día para estar solos. ¿No te gustaría hacerlo, aunque fuera una sola vez? Siempre le proponía lo mismo, pero no sucedía nada, y así día tras día teníamos nuestra reunión romántica en el patio de atrás de su casa. Su indiferencia a mi solicitud de alternar nuestro sitio de reunión, hizo que decidiera no volver a pedírselo para no ponerme pesado.
Pero como la mayoría de las cosas son así de raras y suceden cuando menos te lo esperas, después de varios días, una tarde, sin aviso previo me llamó por teléfono y me dijo: ”Mi amor, mañana vamos a tener un día para nosotros solitos, así que espérame como a las ocho y media en la esquina del colegio, por allí donde termina la cerca” ¿Te parece? Claro, respondí ¡Que nota! ¡Por fin! Nunca te olvidarás de este día, vaticiné.
No podía creerlo, esto de pasar un día completo con mi flamante novia, estaba a punto de convertirse en realidad, justo mañana, nos jubilaremos y pasaremos todo el día juntitos, como tanto yo lo había deseado, sin espías ni lámparas, ni campanarios vigilándonos, esto era simplemente lo máximo.
Luego, al pasar la euforia del momento dije: ¡Bicho! Yo aquí celebrando y ni siquiera tengo un plan preparado de a donde la voy a llevar. Así que pensé por un rato, y se me ocurrió lo siguiente: Desayunaremos en la Fuente de soda del Cada de Los Chaguaramos, allí los desayunos son buenísimos, con huevos fritos y demás, luego caminaríamos agarrados de manos hasta la UCV, allí hay sitios muy agradables y privados para pasar un buen rato, como se lo merecen todos los novios del mundo. ¡Ah! Mañana es jueves, tal vez tengamos también la suerte de entrar al ensayo de la Orquesta Sinfónica Nacional en el Aula Magna, que seguro será un verdadero deleite, luego y como parte de un rito urbano ancestral, brindaríamos nuestro amor con sendas chichas, de las que venden desde hace mil años debajo del reloj de la Plaza del Rectorado, y si el hambre llegara a atacar, podríamos hasta almorzar una suculenta y opípara comida balanceada en el comedor de la universidad, por la módica suma de dos bolívares cada uno. ¡Woao! Que mundo de posibilidades se abrió en un instante. Yo estaba inmensamente feliz, imaginándome lo bien que lo pasaríamos.
Recuerdo que esa noche casi no dormí, no paraba de pensar en lo que podría suceder al día siguiente, claro, por momentos me invadían también pensamientos que me parecían retorcidos, rebuscados y muy calientes, claro, cosa que era perfectamente normal, con esa edad y la enorme cantidad de hormonas haciendo de las suyas, no podía suceder otra cosa.
Finalmente amaneció, me bañe, creo que más de una vez, poniendo especial atención en mis mas recónditos rincones, no se, por si acaso, uno nunca sabe, pensaba yo, como si fuera todo un novio con amplia experiencia.
Nada podía quedar mal, todo lo había preparado la noche anterior, uniforme impecable, pues supuestamente yo iba a clases, zapatos limpios y brillantes, uñas cortaditas, imagínense que hasta interior nuevo me puse, de los ovejita, blancos normales, los cómodos, de los mismos que fueron a la Antártida con la Marina Norteamericana.
No podía despertar ninguna sospecha, ya mi hermano se había ido a su trabajo, lo que me permitió bañarme literalmente en su colonia cara Capucci, definitivamente olía a éxito; recuerdo que hasta me peiné, andaba pepito, pepito, pero tan pepito que hasta mamá se dio cuenta de que había algo raro conmigo, yo creo que no le hizo mucho caso a sus suspicacias, se hizo la vista gorda voluntariamente y sólo me dijo: ¡Niño, que bien hueles! Solo me giré sobre mis talones, le di mi mejor sonrisa, ella hizo lo mismo con mucha complicidad, le di un gran beso y fui al encuentro del amor.
Bueno, ya afuera, en la calle, me dirigí con paso seguro y liviano como un pajarito a la parada del autobús, que me llevaría hasta las inmediaciones del colegio de mi amada muchacha. Iba en el autobús pensando con inmensa alegría y una gran sonrisa de tonto, que cuando las cosas eran buenas, todo se pone del lado de uno, para que sucedan. Y así como una lombriz, feliz, feliz, me desplazaba todo lo rápido que el antiguo autobús me permitía.
Tal como acordamos y como todo un gentleman inglés, me encontraba en el sitio a la hora indicada, bueno la verdad es que llegué como veinte minutos antes, pero es que la expectativa era demasiada, como para tomármelo de manera relajada.
Me detuve en la esquina donde nos íbamos a encontrar, estaba muy nervioso, lo normal, lo que correspondía a la importancia del evento que estaba casi por ocurrir, que le puedo hacer, yo era así, y aún soy igual.
Ya habían pasado unos minutos, después de la hora acordada, pero a mi parecían como tres horas, y nada que aparecía la niña, no sabía por donde llegaría, yo miraba al norte, luego al este, y así continuaba, en un movimiento frenético de cabeza, que me hacía pasar por todos los puntos cardinales y sus intermedios, tratando de ver por donde aparecería; la verdad es que me estaba empezando a desesperar.
Al rato apareció, pero del lado equivocado, pensé yo, pues se estaba acercando al punto de encuentro, pero por el lado de adentro del colegio, yo no entendía nada. Claro, seguro que viene a decirme, que no puede, que no se atreve a cometer esta locura y que otro día será.
Corriendito se iba acercando, al estar lo suficientemente cerca como para saludarme, me soltó un hola, lo hizo con una gran sonrisa, y me dijo: "agárrame eso allí" y lanzó con toda su fuerza el mazo de libros por encima de la cerca que nos separaba, me apliqué por completo en la tarea de atajarlos, para no quedar mal apenas empezando nuestra aventura, así lo hice, y como el mejor catcher de grandes ligas, atajé los libros en el aire. Al voltearme, la vi casi en cámara lenta, en un alarde de agilidad extrema, totalmente desconocido por mi, brincar sobre la cerca, salvándola en dos saltos con una facilidad impresionante, quedé con la boca abierta.
...Pero... Un pequeño error de cálculo, produjo un accidente, que hizo que una parte muy importante de su uniforme quedara engarzado en lo alto de la cerca, ocasionando que su aterrizaje, se tornara repentinamente en algo muy interesante para mi, pues de la nada me la encuentro abajo simplemente “en pantaletas”.
Imagínense la situación, cuando el plan era salir disparados de allí, quedamos los dos como pajaritos en grama, viendo para todos lados buscando que la providencia nos sugiriera que hacer.
Tuve dudas, no sabía que era mejor hacer, si taparla para que no la vieran, ir a buscar su falda en lo alto de la cerca, o quedarme yo mismo viendo. Que confusión por Dios, la sensatez hizo que me subiera velozmente a recuperar lo que había quedado de su prenda, se la medio acomodé por encima, claro, deleitándome mientras lo hacía.
Y así retomamos nuestro paseo. ¿Y a donde? ¡Pues a donde más! Sino a mi casa, a buscar a la alcahueta de mi mamá, quien terminó cosiendo el uniforme de mil amores y con una gran sonrisa tatuada en su rostro.
Etiquetas: Mis historias
53 Comments:
Todavía me estoy riendo Miguel... Que historia!
jejejeje
No puedo con la risa imaginando la escena, jejeje
Que cosas las que le pasan a uno no?
Un abrazo hermano,
Encantador 100% !!! me recuerdas la época de mis jubilaciones del colegio de monjas jejejejeje
Beshossssssss
Jaja... título curioso, anécdota adolescente rebosante de inocencia y juventud, final inesperado y gracioso. Un texto magistral.
Saludos, amigo.
JAJAJAJAJA y más JAJAJAJAJAJAJA... Que Vaina Tan Buena!!!!!!
Excelente descripción de los hechos hasta aquí llego el olor del Capucci jejeje...
Muy Buen Post!!!
Besitos desde Vzla..
Jajajajajajajaja :D
Miguel de verdad que leerte es una delicia. Desde que comenzó el cuento era como estar ahi presente,viéndote por un huequito y sintiéndo tu angustia, pero la parte de la ceca me hizo llorar de la risa.
Que broma mas buena jajajaja :D
¿Viste? El que espera hasta postre se lleva jajajajaja ;)
¿Que te ibas a imaginar tú qie ese dia verías asi a tu querida novia?
Demasiado bueno el cuento, demasiado de verdad jajaja
Solo una cosa...y si ella psa por aqui y lee esto??? ajajajajajajaja :D
jjajajajajaa ay pobrecita ella tambien poniendose pepita para ti y...Tragame tierra!! como para no olvidar esa cita jamas!
Saludos!
Pobre chama que verguenza habra pasado, que barbaridad jajaja
Este...
La verdad que no sé a cuál de los 2 viejitos, el Alzheimer le está produciendo estragos, pero las pocas neuronas que conservo intactas, insisten en enviarme un fuerte mensaje que dice: lo que fue a la Antártida con la Marina Norteamericana, era el reloj TISSOT (¿o sería NIVADA?).
Por lo demás, no pongo en duda que utilizaran calzoncillos en alguna de sus 2 versiones de aquel entonces (cortos y "manga larga" con botones de presión para el cierre de la bragueta. JAJAJA) y que los mismos fuesen algo así como JOCKEY o WILSON (¡lo primero que se pone un hombre!)(únicos con suspensor canguro).
¡Qué tiempos aquellos! Éramos felices y no lo sabíamos.
Saludos y gracias por llevarme a recordar tiempos pasados.
Excelente historia. Me gustó mucho. Me transportó a mis días de colegio...
Jajajajaja
Ayyyyy... esos amores lindos y ridiculamente romanticones... ME ENCANTAN!!!
Me hiciste remontarme a mi adolescencia, no tan lejana, pero parecida en lo "inocente" jejeje
Miguelito, que historia tan fresca...me he reído largo... ¿dónde está esa novia?... ¿qué piensa ella hoy?
Que bueno lo de la colonia, se la gastaste a tu hermano por ir oliendo rico al encuentro de ese amor... ¿todavía es así? ¿Verdad?
Un gran saludo, me encanta tu capacidad para describir... eres tan exacto que uno vive los acontecimientos...
Gracias.
Y después???????????
Que rica historia, me encanta leerte!
jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajjajajajajajaja!
En buen criollo: TE-PA-SAS-TE!!!!
Y más criollo: DEMASIADO BUENO!!!!!
Miguel, te juro que lo voy a imprimir, esto lo debería leer todo el mundo! Mi día, que había empezado chungo, se enderezó por completo gracias a ti! Qué Arte, amigo! jajajajajajajajajaja!
Besos, y rebesos!
pd:jajajajaja
Miguel: Leyéndote y a mi cabeza vinieron las mil y unas que me pasaron a mi con mis primeros noviecitos, qué voluntad la de uno, jajajaja, pero al final esos recuerdos son sabrosoossssss!!! Mi primera suegrita también era una alcahueta de esas con sonrisas dibujadas en su rostro!!! Me sigo riendo con tu cuento, qué buenoo!!!!! Besos!!!
DovMD, Y lo peor es que es total y absolutamente cierto.
Un abrazo.
YADI Yo creo que todo el mundo cometió este tipo de pecadillos, que seguramente recordamos con alegría.
NBV Muchas gracias, como dicen por allí: "Se hace lo que se puede"
Un gran saludo amigo.
ROSITA27 Todavía recuerdo la cara de pendejos que pusimos los dos al vernos en esa situación pantaletera. Gracias y un besote.
CURIOSA Gracias de verdad, trato de transmitir lo que sucedió de manera divertida, a veces me sale, el cuento es absolutamente cierto y como dices tú, hasta postre me dieron, aún cierro los ojos y recuerdo sus curvitas en las pantaleticas de algodón y florecitas amarillas. ¡Que buenos tiempos aquellos!
LITA24 dijo...
Cosa de segundos que no se olvidan jamás, no creo que la haya visto mucha gente en esas condiciones, pero igual fue una situación bien embarazosa y divertida. Un besote.
ROSA No es para tanto, ¿cual es es problema de quedarse en pantaletas, en plena vía pública y con quice años de edad?
KBULLA Amigo mío, gracias a Dios aún no tengo síntomas para descartar esa terrible enfermedad que mencionas, mis neuronas también están intactas y espero que se mantengan así por mucho tiempo. Todos los de nuestra edad sabemos que no fueron los interiores ovejita los que fueron a la Antártida con la Marina Norteamericana, solo hice una metáfora para hacer un scherzo. Cuando se cuenta que hace mas de treinta y cinco años viste a tu novia en pantaletas en el medio de la calle, no se puede ser tan riguroso con los "slogan" publicitarios. Muchas gracias por dejarte llevar a los tiempos de inmensa felicidad.
MANUEL Muchas gracias, aprecio mucho tu comentario.
DEPECO Querida Tú sigues siendo una adolescente, y si me dejas que te diga algo, ya que tú aún estás a tiempo: "Mantente siendo una adolescente y serás permanentemente feliz"
YOLANDA FERNÁNDEZ Esta noviecita y yo hemos perdido todo contacto, pero sería increíble que ella leyera esto y aportara un comentario, un gran regalo para mi.
Muchas gracias por tus palabras.
Querida |_Bonny_| Y después, al tiempo ocurrieron todas las cosas que le pasan a los enamorados, ¡claro!, Sin llegar a reproducirnos.
MIL ORILLAS
Jejeje, muchas gracias por decirme que el cuento te arregló un poco tu día chungo, eso para mi vale mil flores, además viniendo de ti, que eres la creadora de tus increíbles relatos, mucho mas aún.
Un gran beso.
WAITING FOR GODOT Gracias mi niña, esas experiencia hacen que seamos lo que somos ahora, al final todos tenemos historias parecidas Un besote.
Bueno primero te cuento, me encantó el "peor es nada" título de tu blog, el relato muy bueno pero lo que dices ............................
Saben? Era de ese amor primerizo, primitivo y amateur, del que te hace sentir permanentemente las famosas mariposas esas en el estómago, era de los amores que no te dejan pensar en otra cosa.
Yo no tengo tu edad en ese momento y me siento --tal cual vos lo describis-- desde hoy por lo menos yo---te sigo
Un abrazo sin conocerte
qué cuento tan bueno!!! lo leí de cabo a rabo con una sonrisa en los labios.
Pero y después de los remiendos qué pasó???? jajaja
Un abrazo!
Me hicistes reir un montón y sobretodo recordar mis peripecias para ver a mis novios sin que mi mamá lo supiera. Por lo menos tu mamá era una alcahueta bien fina no?
Abrazos,
con razon, era la epoca que se me terminaba mas rapido la colonia Capucci y hasta ahora es que me vengo a enterar. felicitaciones,narración que no tiene nada de desperdicio. Por cierto ese cuento no lo conocia y mucho menos que Filo de sirvio de complice. Un abrazo de tu hermano Mario
Miguel, que anécdota tan genial, esas son las cosas que a uno le pasa cuando tiene esa edad, ja ja ja me vinieron a la mente tantos recuerdos parecidos, además es buenísima la manera en que narras la manera de pensar que se tiene a esa edad ja ja ja
Muy buena, de verdad como me he reído... un abrazo desde Madrid
MI DESPERTAR. Sabes que cuando me vi frente a la casilla vacía del nombre del blog, Peor es Nada, fue lo único que se me ocurrió. Me alegro mucho de que hayas identificado con mi relato y muchas gracias por tu intención de seguirme, o bueno por lo menos de seguir leyendo este Peor es Nada. Un abrazo, pero conociéndote un poquito.
TROKA. Bueno al final nos quedamos en la casa desayunamos y luego almorzamos rico con mi mamá, pues estando cerca de la casa de ella, no podíamos correr riesgos de que la vieran. Gracias por disfrutarlo. Un abrazo con cariño
k@ROL, creo que ya lo he dicho aquí, todos tuvimos nuestras historias, yo disfruto mucho contando las mías y mucho mas sabiendo que personas como tú las disfrutan leyéndolas. Y si ciertamente, mi mamá era una
grandísima y adorable alcahueta.
Un gran saludo
MARIO Hermano mío, tarde te enteras del porque en aquellas épocas no te rendía la colonia Capucci, muchas gracias por dejarla a mi alcance, pues ni de vaina me iba a echar el Pino Silvestre de papá. Creo que si te conté esta historia, pero no con tanto lujo de detalles. Y mamá, con lo alcahueta que era, muchas veces metió las manos por mi y mis vainas. Un abrazo hermano querido, cuídate mucho que de los buenos quedamos pocos.
PANCHO Amigo, gracias por tus palabras, la verdad es que me encanta relatar mis experiencias. Un saludo y cuando pase por Madrid te contacto para compartir por lo menos un cafecito.
Que historia mas encantadora¡¡
jajaja, aun no paro de reir! buenisimo!... muy buena anecdota.... Realmente esas son las cosas que quedan en la mente como recuerdos que alegran el alma en los momentos tristes!...
Excelente blog amigo!...
Saludos desde Milan...
Ja,ja,ja....... Excelente post, como siempre!
Leyendo entre lineas.... dos comentarios:
1. No se ahora, pero hasta hacen 12 años (co.... parece ayer!) el almuerzo costaba todabia 2 bolivares...
2. Ahora a ti, o a tu esposa, le tocara ser la mama alcahueta cuando tus hijos algan emperifollados con una intencion parecida.....
De tus post autobiograficos, este y el del examen de piano son los que mas me han gustado.
Quise decir "todavia".... ofrezco disculpas!
Cosas que pasan.... jajajaja!!! :-D
JAJAJAJAJAJA MIGUE, NO ES QUE YO SEA MUY EXPERIMENTADA, NI MUY VIEJA TAMPOCO PERO ESTE ES EL TIPO DE COSAS QUE SUCEDEN CON LOS AMORES JUVENILES Y QUE SON DIGNAS DE RECORDAR POR SIEMPRE
Menos mal que para escaparse del Colegio El Pilar no había que saltar ninguna cerca ja ja ja!
Lo que no contaste es si a tu mamá le explicaste como sucedió la rotura del uniforme de tu amada u obviastes el detalle de las pantaletas.
JAJAJAJAJAJAJAJA. Qué fracaso! la verdad es que después de tanta planificación por tu parte NO esperábamos un final feliz, pero tampoco esta absurda comedia.
Nos has hecho pasar buen rato. Leerte es un placer.
saludos,
¡¡Qué B U E N O está este cuento!!
Me hicistes recordar con mucha nostalgia la época de mi liceo, me reí un montón, me encanta la forma en la cual está narrado (al ver el título ni me imaginaba por dónde venía la cosa) y coincido con Beetle: este post es uno de los mejores además del de reggaeton el cual me convirtió en asidua de tu blog.
En otro orden de ideas... mi mamá también es una adorable alcahueta.
Un beso!
jaja... y cómo aguantaste la risa?... una buena manera de romper "el hielo"... buena la anécdota. Saludos.
Te felicito por tu trabajo y deseo un buen fin de semana
Gracias por compartir ese pedacito de tu infancia!
Despues de tener todo "friamente calculado", viene a joder el plan la cerca! jejejeje
Mi mama es tal cual la tuya, alcaueta.com!
Saludos!
Mi cielo: Una vaina así sólo te puede pasar a ti. Y sabes por qué te paso?
no se, por si acaso, uno nunca sabe... por eso!!!!!
JAJAJAJA!!!!!!
Y ella no se murió de la pena?
A mi me habrían recogido tiesa del piso. Catatónica. Y habría llorado un siglo. Así de gafita era yo.
(ya no)
Quiero que brindemos con unas chichas!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! ♥
Miguel en serio,,,que cuento mas romántico, ingenuo, tierno y que nota lo lei y me iba imaginando todo toditooooooooo..y en serio tu madre coció la falda sin decir ni ñ?..
saludos y que nota recordar así en cámara lenta,,,eso es la vida.
Me parti de la risa. Recordar es vivir.
Saludos
que puteria.....
la niñes y la inocencia son una cosa muy especial...
deoxxxxx q risas me sacastes imaginandoles..
Miguel:
Te hacemos la pregunta de nuestro blog. Vamos a ver si recuerdas... ¿y de qué color eran las pantaletas?
Ahí te lo dejamos.
Un beso,
IMAGINA
PD: te respondimos por allá.
Hola Miguel. luego de reirme bastante, te tengo que decir que me tuviste hasta el final en ascuas. -Que narrativa mi hermano -atrapado en la lectura hasta el final y ni el timbre de la puerta me despegó.
Este cuento puede ser la antesala de otro premio por tu capacidad (imaginatelo editado)
Un abrazo cocoroteño
Ahora que conocemos tu oscuro pasado...lo vemos todo claro!!!
Con razón recuerdas las florecitas.
Entre la precisión técnica de la computación, la creatividad del diseñador, el manejo exhaustivo de la carta de pantones y el gusto por la buena mesa, entendemos este desenlace inevitable por contar buenos cuentos.
Abrazotes,
Jejejejejejeje!!
Que bien, por lo menos la aventura no se te olvido.
Saludos!!
Demasiado bueno el cuento Miguel, y mucho mejor tu forma de narrarlo, uno se transporta a la época y hasta ve las pantaletas. En mi caso, me imaginé del otro lado de la calle viendo la escena y revolcándome de la risa, sobre todo cuando ella intentaba taparse y tu subías LEEENTAMENTEEE la cerca a buscar lo que quedaba de "la prenda", ja, ja, ja, ja, ja! Que buenaza esta historia!!
CONSUELO, me encanta que te encante
DABART. Amigo, muchas gracias por tus palabras, es cierto el recuerdo, si es bueno, alegra el alma
BEETLE. Bueno, muchas gracias. No estoy seguro de que el precio del comedor de la UCV haya cambiado, lo que si se, como tú, es que hace bastante poco era el mismo, Bs. 2,oo, Increíble ¿no?
Yo estoy seguro que seré súper alcahueto con mis hijos, y mi esposa también, lo que pasa es que ella ya empezó, así que a mi me toca ser el duro, para compensar la cosa, pero ya me estoy cansando. Ja ja ja.
Me parece increíble que aún recuerdes el post del Examen de Piano, pues lo escribí el 27 de mayo del 2005, me emociona que sea así, pues para mi es todo un lujo que sea así, muchas gracias.
TESNE, así mismo es amigo, cosas que pasan, y que luego al recordar nos reímos un montón.
LYCETTE SCOTT, Es cierto, por eso es tan rico e importante disfrutar cada cosa en su momento, para luego, cuando sea momento de contarlas, lo hagamos con gran alegría.
MALEFICA. Bicho, no nombres el Colegio El Pilar, que las monjas modernas tienen internet y se pueden poner a atar cabos, ¡¡¡Zape Gato!!!
Y a mi mamá le metí una mentirita piadosa, le conté que la falda se le había quedado engarzada en la puerta de un autobús, creo que si le cuento lo de la reja, tal vez no lo creería.
IMAGINA. Lo mas triste de todo es que es absolutamente cierto, pero quedó la anécdota. Muchas gracias, para mi es un gran estímulo palabras como las tuyas.
RITA. Si te hice recordar tu época del liceo, entonces me siento muy, pero muy bien por eso, muchas gracias por tus palabras, son para mi un gran estímulo y también gracias por ser asidua a esta locura que se llama “Peor es Nada”.
Si tu mamá fue así alcahueta como la mía, entonces irremediablemente tú también lo serás con tus hijos, pues eso se hereda.
UNOCONTODO. La verdad es que no se como hice para no morirme de la risa en el acto, creo que si me hubiera reído, aún me estaría quejando por el dolor de los golpes que me hubiera propinado la muchacha de las pantaletas.
DAVID SANTOS. Muchas gracias. Yo también te felicito por tu trabajo, tu poesía es estupendamente bella. Felicidad y salud.
SOL, Gracias a ti por disfrutarlo. Hasta a los mejores pensadores le puede salir mal lo planificado, y no es que yo lo sea mucho. Deberíamos institucionalizar el Día de la Madre Alcahueta, pues ya han aparecido varias, y es como para fetejarlo, pues no hay nada mejor que una mamá así
JACQUELINE. Tienes razón, ¡Es que a mi me pasan unas vainas! Con respecto a si se murió de la pena, te cuento que ya cuando íbamos en el autobús, me preguntó; ¿Y que tanto me viste? Le respondí en un alarde de sinceridad: “Te vi todo” y me metió un pellizco en el brazo, que todavía me esta doliendo, eso si al rato nos vimos las caras y no pudimos aguantar la risa, estábamos como un par de imbéciles riéndonos sin poder parar.
Brindemos entonces con unas chichas por las pantaletas de mi novia.
ROSWELL JOSELIN. Si señora, mi mami le cosió la falda, y además después nos invitó a desayunar y a almorzar, para que la niña no fuera descubierta en su terrible fechoría.
HANNA. Ciertamente, recordar es vivir, gracias por la lectura.
KHAYO Gracias amigo, me encanta que la gente disfrute y se ria.
IMAGINA. Como ya tu sabes, escribí esto en una respuesta a Curiosa: “aún cierro los ojos y recuerdo sus curvitas en las pantaleticas de algodón y florecitas amarillas”. Huy que desgracia la mía recordar eso con todos esos detalles.
ELIER, amigo mío, pues muchas gracias por todos estos elogios. Me encanta que lo haya entretenido. Un abrazo caraqueño desde latitudes holandesas.
IMAGINA, Demasiado creativa, buena y apropiada tu respuesta. Pero desgraciadamente yo simplemente creo que esos recuerdos son los propios de una mente sucia como la mía. Un gran abrazo a esas muchachonas.
TRIMARDITO, bueno hasta ahora la recuerdo bien jejeje. Un saludo amigo.
OSWALDO. Muchas gracias, agradezco tus opiniones, y mucho mas que te haya gustado mi historia. Un abrazo y cuando puedas, cómete una tortica de zanahoria por mi.
Hola Miguel, en nuestro post de hoy a algunas muchachas también se les ven las pantaletas...aunque no sean de florecitas...jajajajaja.
Abrazos,
Por cierto Oswaldo pasó por Imagina insinuando cosas sobre tí, pero que conste que nosostras salvamos TODA responsabilidad....jajajajaja.
Miguel,
pip, pip, pip, pip...
al blog de la gata insomne!
besos
Ay Miguel siempre son tan buenas tus historias y la forma en que las narras... Por eso par mí, esto es parada obligada...
Saludos
Que risa pana, eso si es un kilo de anécdota. Ahora ¿Cuál CADA era ese? ¿No es el de Santa Mónica?
Que risa Miguel! Que bueno el cuento!
He ahi la explicacion de por que usar shorts o lycras debajo de la falda del colegio! Siempre hay un viento traidor o una cerca... en este caso!
Saludos,
jajajajajajaja me rei mucho con esta historia... me encant� este blog, pasar� m�s seguido. Saludos =)
Chamo me dio gusto leer tu articulo de verdad que si, es muy de nuestra epoca, te asegura que en esta epoca esa niña tendria un monton de faldas cosida por muchas madres distintas claro porque las niñas de ahora nos dan una caterdra en cuestiones de jubilarse del colegio y cosas de esas....
Jajajajaja, qué cuento tan bueno, paisano!!!! Me ha encantado, de veras.
Saludos desde el infierno llamado Venezuela
Excelente escrito.
Me hizo revivir mis emocionantes encuentros con las chamas de Caracas.
Desde mi retiro en Tenerife todo recuerdo es pura nostalgia.
Un saludo cordial.
Publicar un comentario
<< Home