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miércoles, 13 de octubre de 2004

Prueba de fuego


Por estricta necesidad, tuvimos que enviar a nuestro hijo de 11 años solo en un viaje en tren de mas de 50 minutos, la importancia del evento ameritaba la compra de un celular para el, y así poder monitorearlo y sentirnos mas tranquilos. Después de darle todas las recomendaciones del caso, hasta me dijo: ya, papá, tranquilo que no me va a pasar nada, lo vimos montarse en el tren como todo un hombre, formamos toda la familia, un comité de despedida, mi esposa, nuestro hijo menor de 5 años y yo, le pusimos en el morral creo que tres sándwiches y 3 jugos, por si acaso, ni que se fuera a Australia. No pudimos evitar que se nos arrugara el corazón al verlo partir, nos quedamos saludándolo hasta que lo perdimos de vista.

Pensé: que prueba de fuego para el, era una oportunidad que se daba el y nos daba a nosotros de saber a donde había llegado su nivel de responsabilidad, todo salió perfecto, llegó en el momento indicado, se bajo en la estación que le correspondía, que bien, gracias a Dios.

Al llegar a la casa tuvimos que tomarnos una manzanillita para tener tranquilidad hasta que nos enteráramos, que ya estaba en la estación del tren con la mamá de su amigo. Al final la prueba de fuego fue para nosotros, una verdadera prueba, dura pero con grandes compensaciones.

3 Comments:

Blogger Guillermo said...

Son esos momentos en los que, como dices, uno piensa que el que va a llorar es el otro, cuando el que esta nervioso es uno. Es como llevar a un niño de 1 año a Disney y divertirse uno, no?
Muy bueno tu blog, lo estare visitando con mas frecuencia.

2:31 p.m.  
Blogger Topocho said...

Caramba que susto, a mí ya me va a tocar empezar a pasar por situaciones parecidas :-(

7:02 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

El sólo pensar que mi cachorra vaya a andar sola por las calles de Caracas, me pone los pelos de punta. Creo que primero tengo que conseguirle unas clases de defensa personal.

Maléfica

9:26 p.m.  

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