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viernes, 7 de octubre de 2005

En Cuba hay demasiados suicidios

En los últimos 25 años, los cubanos, carentes de medios autónomos de comunicación y de recursos económicos, políticos e ideológicos para oponerse al gobierno de Fidel Castro, han aprendido a transmitir su incertidumbre y su angustia de otras maneras. Casi dos millones se han marchado del país como han podido –en balsas, camiones flotantes, cajas de correo aéreo, trenes de aterrizaje– y alrededor de 70.000 se han suicidado, también de las más diversas formas: incinerados, ahorcados, desangrados, apuñalados, atropellados en la carretera, precipitados al vacío o, simplemente, de un tiro en la sien. En el último medio siglo, 100.000 cubanos podrían haberse quitado la vida.

A principios de los años 80, el Ministerio de Salud Pública de la isla dio a conocer que la tasa de suicidios en Cuba había rebasado los 20 por cada 100.000 habitantes. Aquellas cifras revelaban que, en menos de una década, el índice de muertes por esa causa se había duplicado –en 1969 sólo morían así 8 entre 100.000- y que Cuba era la nación con más suicidios per cápita del hemisferio occidental. Los cubanos, según esa estadística infernal, se mataban más que los norteamericanos y que la mayoría de los europeos, los asiáticos y los africanos. La isla caribeña se acercaba a las tasas de suicidio de países nórdicos como Dinamarca, Finlandia y Suecia, y de algunos de sus aliados en Europa del Este, como Hungría, Rusia y las repúblicas del Báltico.

Las estadísticas dadas a conocer por la Organización Mundial de la Salud, en 1995 y 1996, muestran la tendencia creciente con tasas de alrededor de 2000 suicidas al año. Según las especialistas Maida Donate y Zoila Macías, dos antiguas investigadoras del Ministerio de Salud Pública, a mediados de la década pasada el índice de suicidios debió estar cercano a los 30 por cada 100.000; esta cifra mantenía a Cuba entre las cinco naciones más suicidas del mundo.

El tema ha llamado la atención de novelistas, historiadores y sociólogos. Guillermo Cabrera Infante le dedicó uno de los mejores ensayos de su libro "Mea Cuba" (1993), titulado "Entre la Historia y la Nada", y publicado originalmente en la revista Escandalar.

Allí se contaba la historia de los grandes suicidios políticos del siglo XX cubano: desde los de personalidades de la vida pública republicana, como el alcalde habanero Manuel Fernández Supervielle, el líder populista Eduardo Chibás, el ex presidente Carlos Prío Socarrás o el director de la revista Bohemia, Miguel Angel Quevedo, hasta los de importantes dirigentes de la Revolución, como la heroína Haydée Santamaría, el magistrado Osvaldo Dorticós y varios ministros revolucionarios: Augusto Martínez Sánchez, Alberto Mora, Rodrigo García...

Otro novelista, Eliseo Alberto, en una de las crónicas de su libro "Dos cubalibres" (2005), habla de escritores y artistas suicidas más recientes, como los poetas Raúl Hernández Novás y Angel Escobar, los narradores Guillermo Rosales y Miguel Collazo, la pintora Belkis Ayón y la historiadora Raquel Mendieta.

Al lector europeo o norteamericano puede resultarle tediosa o extravagante, por trivial o desconocida, tan larga lista de trasnochados románticos y tropicales, nacidos en las Antillas de fines del siglo XX y, a pesar de ello, resueltos a quitarse la vida ante el infortunio de la historia. Pero, en todos los casos, se trata de protagonistas de la vida cultural cubana, precisamente en sus décadas de mayor apogeo utópico y aclamación occidental. El último libro del más laborioso historiador de temas cubanos, el profesor Louis A. Pérez Jr., de la Universidad de North Carolina, en Chapel Hill, se titula "To Die in Cuba. Suicide and Society" (2005) y versa sobre la vocación suicida de los habitantes de la isla.

Las fantasías occidentales establecen a Cuba como una isla caribeña, con fuertes tradiciones de alegría y comunitarismo, capaces de movilizarse contra la racionalidad moderna. La vocación suicida de los cubanos, sin embargo, describe a una ciudadanía atormentada, incapaz de liberar frustraciones históricas, reacia a superar traumas nacionales y demasiado proclive a la experiencia afectiva de los conflictos políticos. No hay estadística más reveladora del carácter sombrío del socialismo cubano que esos 100.000 suicidas en medio siglo. (El País)

10 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Y al paso que va la robolución,dentro de muy poco Venezuela pasará a ser parte de los primeros puestos en estas estadísticas. Verdaderamente preocupante y muestra con mucha claridad la realidad de la vida y la muerte en Cuba. Definitivamente el poder enferma a los ignorantes.

5:21 p.m.  
Blogger Mar said...

Realmente triste, nisiquiera se que decir al respecto.
Un saludo Miguel, y siento no escribirte tanto como quisiera, mucho trabajo, y poco tiempo...es lo que tiene!
Un beso!!

6:28 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

La verdad era ignorante de este factor en la vida cubana.

Es muyt triste como dice Mar, de todas maneras gracias Miguel por compartir estos datos.

6:31 p.m.  
Blogger sunrisetkila4two said...

Hola Miguel! Super-interesante tu blog! Es realmente triste lo que pasa en aquella hermosa isla, adonde aun conservo buenos amigos y gratos recuerdos!
Saluditos desde aca!

9:13 p.m.  
Blogger Patsy said...

INCREÍBLE, ME QUEDO IMPRESIONADA....


Muy triste lo que hoy compartes.

CUIDATE :-)

11:51 p.m.  
Blogger Elda said...

Mi hermano que vivió en Cuba durante un tiempo me contaba (para mi asombro) el modo como algunas mujeres se suicidan en Cuba -cosa muy común entre ellas- se rocían de kerosene y se prenden fuego. Dar candela le llaman en la isla.
Saludos Miguel!

12:02 a.m.  
Blogger unocontodo said...

Otra forma de salir de Cuba.

2:06 p.m.  
Blogger carlanga said...

Como dice Bolboreta, mientras viví allá me impresionó esa forma de suicidio —darse candela— entre las mujeres, sobre todo entre la población negra. Es muy extendido, mucho más de lo que uno pudiera imaginar.
Interesante el artículo, Miguel, aunque creo que la tasa puede ser mayor.
Un saludo!

1:11 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

A ver... yo te diría que en Venezuela más bien la política ha disminuido enormemente los niveles de suicidio. NADIE QUIERE PERDERSE el final de esta novela.
Es cierto... nadie.

12:41 a.m.  
Blogger Juan said...

Sobre Cuba, tal vez os interese echar un vistazo a http://llegarafindemesencuba.blogspot.com. Saludos.

2:00 a.m.  

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