Somos una cuerda de cobardes

(Escrito por Isa Dobles, para Noticiero Digital)
Esto que voy a escribir me produce un inmenso dolor, pero lo he llevado por dentro mucho tiempo y es, precisamente, otra mujer que siempre ha luchado y representado la personalidad venezolana, quien me ha puesto a reflexionar sobre esta necesidad de decirlo, de escribirlo, de lamentarlo, de reclamarlo.

En una de estas tardes conversando con María Teresa Castillo en sus noventa y siete años de sabiduría y comentando todas las cosas que hoy suceden en nuestro país, ella de repente soltó una queja profunda, desolada, que me llegó al alma: este pueblo venezolano ha traicionado al País!

Nos quedamos silenciosas un buen rato.

Después, me dijo: Yo siempre lo estimulé, tal vez buscando despertar ese otro que yo viví de la generación del 28 que dio tanto, que luchó tanto. Pero este pueblo se ha vuelto flojo, cómodo, pedigüeño. ¿Como va a cambiar algo si no lucha?.

En ese reclamo adolorido hay una gran verdad. Uno siempre ha creído que "al ladrón hacerlo fiel". Y ha caído en una hipócrita aceptación de una fantasía. Por momentos yo creí que Chávez había logrado el milagro de cambiarnos. Aquellas multitudes en las calles éramos otra cosa. Parecía de pronto que la dignidad había dejado de ser subjetiva, que tenía cara. Que éramos capaces de defender patria y valores. Espacios necesarios de libertad y respeto.

Pero no. Nos eliminaron los hombres de fuerza y nos volvimos una manada de corderitos que se dejan llevar al matadero. Encima castigamos con la indiferencia y hasta la deslealtad a esos líderes tan culpables como nosotros mismos que nunca hemos sido capaces de tirarnos a la calle por nuestros presos o por el Ávila o por los soldados quemados o por los estudiantes muertos o por la iglesia insultada o por los medios presionados o por las fincas invadidas o por las empresas militarizadas, por nada!

Un pueblo domado con el que Chávez cuenta para sus fechorías revolucionarias. A estas alturas, Jorge Rodríguez envalentonado niega aumentar el lapso para postular candidatos a la Asamblea porque sabe que nosotros y el supuesto liderazgo político no vamos a ponernos de acuerdo nunca y eso lo maneja bien el o partidismo que cuenta con eso para seguir allí en este estilo miserable de oposición.

¿Y nosotros?

Esperando el milagrito. Y pueblo no es solo esa Venezuela uniformada de rojo que aplaude y mendiga o esa corte que le ríe payasadas al Comandante y se arrodilla ante él. No. Somos todos. Los que tenemos que demostrar que somos todo eso de lo que alardeamos, pero realmente carecemos.

El “bravo pueblo” está en deuda con Venezuela. ¡Lo que somos es una cuerda de cobardes!