Mi bicicleta
Hay holandeses que aman a sus bicicletas hasta con pasión, para ellos la bicicleta es como una extensión de su propia humanidad, las cuidan, las engrasan, las limpian y las mantienen, algunos a veces hasta llegan furtivamente a acariciarlas. Muchos holandeses podrían, haciendo una analogía a la bis conversa de aquella famosa frase, decir: Debajo de mi sombrero, yo. Y debajo de mí, mi bicicleta, que aunque suena raro es cierto.
Yo como me encuentro en el proceso permanente de integrarme, en todos los sentidos a la cultura holandesa, puedo decir sin temor a exagerar mis sentimientos, cosa que en mi es casi natural, que quiero a mi bicicleta, aunque no con pasión holandesa, yo sólo le tengo un poco de cariño, saben, es que eso de estar queriendo a una cosa con ruedas y manubrio me parece un poco raro. Aún así, ella siempre está al pié del cañón, me transporta todos los días, desde mi casa a la estación de tren y claro, hace lo mismo en sentido contrario, si no, no tendría sentido.
Pero es que mi bicicleta es muy especial, es bien fea, es vieja, viejita, peo eso si, sólida como un tractor, es algo parecido a un tanque de guerra, pero con pedales, tiene apariencia de que está construida con desechos de barcos holandeses de la II guerra mundial, eso es lo que la hace tan dura. Para que se hagan una idea, imagínense el tipo de bicicleta es, que se frena dándole a los pedales hacia atrás, esto es absolutamente primitivo, pero funcional cuando uno se acostumbra. Eso si, aunque tenga mas años que el pan, rueda suavecito, como si la hubiera comprado ayer. Ahh y además es grande, que grande, ¡Es enorme¡ Imagínense si es grande que no es rin 28, sino rin 28 y pico largo, que ya es decir, como dijo Platón: “Barco grande, ande o no ande”, aunque este aún anda y anda bien. Eso si, hay que reconocer que tiene algo bonito, y es su gran manubrio cromado y gigantesco, con el que se maneja tan cómodamente que parece que se estuviera conduciendo un Cadillac Eldorado del año 1956.
Tengo que aceptar, que esta cosa con pedales, tiene un noseque, un encanto especial, es algo indescriptible, es algo místico, a mi, esta bici me parece que hubiera sido ideal para haber transportado a Mahatma Ghandi en su gesta de independencia y paz. Yo particularmente, cuando la manejo me siento muy bien.
Es una Oma Fiets o sea en cristiano, “bicicleta de la abuela”, así se llama este tipo especial de bicicletas, que desde hace un montón de años que existen, aún se fabrican y se venden muchísimo, la marca en particular de esta es Unión, muy antigua y reconocida, es Made in Holland, como los quesos, los tulipanes, los molinos, las vacas y las ranas.
Un detalle interesante, es que no tiene color definido, es una mezcla de negro con amarillo pollito, pero atigrado, este es un truco que generalmente usan los estudiantes, camuflar las bicicletas pintándolas aldescuido, para que no llamen mucho la atención y así minimizar las posibilidades de ser víctimas de los ladrones de bicis, que los hay y muchos.
Pero lo mas interesante de mi bicicleta es que tiene un cuento, si en serio, bueno eso fue lo me dijo el que me la vendió, que es un cocinero amigo mío que trabajaba en el restaurante, que además me la trajo expresamente desde Ámsterdam, no, no manejándola ¡Claro!, sino en tren. Él me contó que se la había comprado a un amigo suyo ingeniero, y que la había usado durante toda la carrera, para ir y venir de la universidad y claro, también para desplazarse a las juergas y todas esas cosas buenísimas y divertidas, que hicimos todos nosotros cuando estudiábamos en la universidad, fácilmente pudiera decir este amigo ingeniero, ¿Qué sería de mi si esta bicicleta hablara?
Pero el cuento no termina allí, si, pues resulta que él no fue el que la compró, sino que la bicicleta fue primero de su abuela, que se la regalo a él, después de usarla a discreción, un montón de años, claro y aquí es donde ya el cuento ya toma dimensiones históricas, pues si saco la cuenta, es posible que por la medida chiquita el vehículo bicíclico en cuestión, pueda llegar a tener más de 50 años. O sea que edad, personalidad y kilómetros rodados si tiene mi bicicleta.